Los alimentos que limpian el hígado son vitales en una dieta equilibrada y, afortunadamente, fáciles de encontrar. Pero ¿por qué hay que prestar atención a este tipo concreto de alimentos? El hígado es uno de los órganos más importantes para nuestra salud en general, por lo que cuidarlo debe ser una prioridad, según nos explica Leah Kaufman, dietista de NYU Langone Health. «El hígado tiene muchas funciones, pero una de ellas es eliminar las sustancias de desecho del organismo en forma de bilis«, dice Kaufman. «Por lo tanto, es importante mantener el hígado sano».
Un hígado poco sano puede causar más problemas de salud a largo plazo, así que hay algunas cosas que conviene tener en cuenta a la hora de cuidarlo. Recomienda evitar el exceso de alcohol, los alimentos ricos en grasas y los azúcares simples como la mejor forma de mantener el hígado limpio y en buen funcionamiento. También conviene hacer ejercicio con regularidad y elegir alimentos sanos. De los arándanos al salmón, Kaufman desglosa a continuación su lista de alimentos que limpian el hígado para mantener el organismo libre de toxinas:
Arándanos
Kaufman recomienda incluir en la dieta una variedad de alimentos ricos en antioxidantes para ayudar a limpiar el hígado y reducir las toxinas. Los estudios demuestran que alimentos como los arándanos, ricos en antioxidantes, no solo son buenos para proteger el hígado de los radicales libres, sino que también tienen propiedades antiinflamatorias y pueden inhibir el crecimiento de células cancerosas en el hígado.
Verduras de hoja verde y crucíferas
Las verduras de hoja verde son otro alimento rico en antioxidantes, dice Kaufman. Alimentos como el kale, la col y la rúcula son también grandes fuentes de clorofila, que es un compuesto natural conocido por sus propiedades desintoxicantes y su capacidad para mejorar la función hepática.
Las crucíferas, como el brócoli, la coliflor y las coles de Bruselas, también son conocidas por mejorar la salud del hígado y proteger sus células. Un estudio realizado en ratones demuestra que el brócoli contribuye de manera importante a reducir el riesgo de tener hígado graso. adesempeña un papel importante en la reducción del riesgo de padecer de hígado graso.
Tomates
Los tomates son otro alimento rico en antioxidantes que, según Kaufman, protege el hígado de los radicales libres y lo ayuda a limpiar las impurezas del organismo. Los estudios también muestran que los tomates pueden contribuir a reducir el riesgo de enfermedad de hígado graso, enfermedad que a la larga puede desembocar en cirrosis, la cicatrización del hígado, o incluso cáncer de hígado.
Remolacha
Kaufman también recomienda la remolacha como alimento rico en antioxidantes al que recurrir para cuidar el hígado. Los estudios demuestran que el zumo de remolacha puede proteger el hígado del daño de los radicales libres y del estrés oxidativo. También ayuda a reducir la acumulación de grasa alrededor del órgano.
Semillas de lino
Desde reducir el colesterol hasta disminuir el riesgo de padecer ciertas enfermedades, las semillas de lino aportan un montón de beneficios para la salud. Kaufman destaca sus bondades para el hígado, ya que tiene un alto contenido en ácidos grasos omega-3, que, según los estudios, pueden ayudar a reducir la grasa que puede acumularse alrededor del hígado.
Salmón y otros pescados grasos
Otro alimento rico en ácidos grasos omega-3 es el pescado azul, como el salmón, la caballa, el arenque, las sardinas y el atún. Se sabe que los ácidos grasos omega-3 reducen la inflamación. Kaufman lo confirma y recomienda especialmente el salmón para limpiar el hígado. Conocido por su poder para frenar el envejecimiento (y consumido regularmente por muchas celebrities), el salmón es bueno para el cerebro y la salud intestinal, además de que ayuda a reducir la grasa del hígado.
Café
Por si necesitas más razones para justificar tu taza diaria de café, los estudios demuestran que beberlo puede ayudar a prevenir muchos tipos diferentes de enfermedades hepáticas. Un estudio realizado en 2016 arrojó que el café puede disminuir el riesgo de enfermedad del hígado graso, y otro estudio realizado en el mismo año demostró que beber dos tazas de café puede ayudar a proteger contra el daño hepático permanente si ya se padece una enfermedad hepática crónica.
Aceite de oliva
Uno de los mejores aceites para cocinar, aliñar e incluso tomar crudo, el aceite de oliva (esencial en la dieta mediterránea) es una gran fuente de energía y tiene muchos beneficios para la salud, como combatir la diabetes, mejorar la salud cardíaca e intestinal, fortalecer los huesos y reducir la hipertensión. En cuanto al hígado, los estudios demuestran que el aceite de oliva puede reducir la inflamación y la grasa alrededor del hígado y disminuir los niveles de las enzimas hepáticas elevadas.
Ajo
Además de añadir sabor a cualquier plato, el ajo está repleto de minerales, compuestos de azufre, vitaminas A y C y fibra para promover la salud y prevenir enfermedades. Se sabe que aumenta la inmunidad, protege contra la inflamación, puede proteger contra ciertos tipos de cáncer y reduce la presión arterial. También es uno de los mejores alimentos para desintoxicar el hígado. Los estudios demuestran que el ajo puede ayudar a reducir la grasa alrededor de los órganos y reducir el riesgo de enfermedades hepáticas.
Cítricos
Tanto tomarse un zumo de naranja en el desayuno como beber agua con limón en ayunas, los cítricos son excelentes para eliminar las toxinas del hígado. Los estudios demuestran que tomar estas frutas a diario puede reducir el riesgo de padecer hígado graso.
Frutos secos
Los frutos secos, como las nueces, las avellanas y las almendras, tienen un gran valor nutritivo (antioxidantes, fibra, vitamina E y grasas buenas, por nombrar solo algunos componentes beneficiosos) y son un excelente tentempié o guarnición para las comidas. Entre sus beneficios para la salud se cuenta mantener o bajar los niveles de colesterol, reducir la inflamación y ayudarnos a mantener un peso saludable.
En cuanto al hígado, estudios preliminares demuestran que los frutos secos pueden tener un efecto positivo en la prevención de la enfermedad del hígado graso no alcohólico, si bien se necesitan más estudios para demostrarlo.