Sesgos inconscientes que te pueden estar perjudicando
Cada vez es más común hablar de ecosistemas diversos e inclusivos de trabajo, sin embargo, el 90% de las decisiones que tomamos son de manera instintiva e irracional, determinadas por sesgos inconscientes adquirido a lo largo de nuestra vida y que hemos automatizado sin siquiera darnos cuenta de lo mucho que determinan nuestras acciones. Gemma Torre, consultora de Integración & Inclusión de la Fundación Adecco explica que además de ser un mecanismo natural que tenemos todos, los creamos para garantizar nuestra supervivencia. Explica que “los sesgos son atajos mentales que nos permiten tomar decisiones de manera rápida y eficaz, pero no siempre de forma correcta ni basada en la verdad. Muchas veces, nuestras decisiones están influenciadas por prejuicios, estereotipos y tics históricos y culturales que nos hacen presuponer y tener intuiciones erróneas que pueden llevar a comportamientos discriminatorios”.
Esta experta en promover entornos de trabajo plurales asegura que se activan de forma rápida e inconsciente y que ayuda al cerebro a categorizar personas o situaciones en base a estereotipos. “Afectan en cómo interpretamos los datos, en cómo evaluamos a las personas y en cómo tomamos decisiones. Por ejemplo, podemos presuponer que las personas con discapacidad siempre se ausentarán más de su puesto de trabajo, y esto nos lleva al descarte automático. Estaremos incurriendo en una situación discriminatoria e injusta, que seguramente no se ajusta a la realidad. Por ello es tan importante cuestionarse y trabajar los propios sesgos inconscientes”.
Gemma Torre nos ayuda a diferenciar entre estereotipo, una exageración que usamos para describir a los demás, y prejuicio, que es cuando le damos un peso argumentativo a este estereotipo. “Cuando ese prejuicio se convierte en una acción, hablamos de discriminación. Te pueden discriminar porque están prejuzgando algo que no se ha demostrado si es o no verdad”, asegura que aquí, la ventaja, es que tenemos más herramientas para verlos e intentar eliminarlos, “el problema es que todo tiene como base los sesgos inconscientes, los cuales están tan profundamente instalados, que nunca van a dejar de existir porque cuando trabajemos unos, aparecerán otros”.
La buena noticia según Torre, es que en los últimos años se han dado pasos decisivos en el conocimiento y visibilización de los sesgos inconscientes en las empresas, quienes se interesan cada vez más por identificar qué sesgos tienen y cómo afectan a sus estrategias de Diversidad, Equidad e Inclusión (DE&I) o a sus políticas de Recursos Humanos. “Las empresas empiezan a darse cuenta de que tienen sesgos de género (que se materializan, por ejemplo, en asociar roles técnicos con hombres), sesgos de edad (basados en que los mayores de 45 años no van a encajar en su plantilla o que a partir de esta edad ya no van a ser productivos) o sesgos raciales”, y afirma que este tipo de sesgos mutilan la competitividad de las organizaciones, al limitar el talento y renunciar a las competencias de sectores de la población como las personas sénior o aquellas con discapacidad.
Así nos afectan estos 5 sesgos que todos tenemos
Desde Fundación Adecco han identificado algunos de los sesgos inconscientes más habituales y nos explican de qué manera nos pueden estar afectando: