7 hábitos para hacer frente al ‘síndrome del domingo por la tarde’
Esas sensaciones de apatía, pereza, un poco de tristeza y, en los peores casos, incluso ansiedad, que suelen aparecer el domingo después de comer (o antes) tienen nombre. Hablamos del ‘síndrome del domingo por la tarde’ o Sunday Blues. Pero lo mejor es que tiene solución. Mejor dicho, soluciones. Isabel Coixet en la carta de presentación de su programa de RTVE Alguien debería prohibir los domingos por la tarde, los define como “ese momento en el que confluyen los terrores de la infancia y las angustias de la madurez”. Y aunque es cierto que esos sentimientos negativos son bastante habituales en este día de la semana –también cuando se tiene un trabajo que gusta–, los expertos en bienestar tienen su particular hoja de ruta para convertir ese momento en unas horas de calma y placer. Sin duda, es la estrategia más inteligente, ya que pasarse una cuarta parte del fin de semana lamentándose porque hay que empezar la semana, no parece una buena idea.
“Antes solía pensar en el domingo como el ‘fin del fin de semana’, pero ahora lo veo como una oportunidad para disfrutar el momento presente. Me enfoco en exprimir el día, ya sea descansando o haciendo algo que me guste, sin pensar demasiado en lo que viene mañana. Hace tiempo entendí la importancia también del descanso y de simplemente disfrutar de una tarde tirada en el sofá sin hacer nada y sin culpabilidad ya que me recarga de energía”, adelanta una de las expertas con las que hemos hablado, Amagoia Eizaguirre, autora de libros como El pequeño libro de la constancia. Es más, Anabel Vázquez, cofundadora de la tienda de cosmética nicho Laconicum, reflexiona y alerta sobre la necesidad de valorar si esas sensaciones significan algo más. “Un domingo por la tarde infeliz es una alerta y un síntoma de algo mayor y algo que puede y debe ser, como mínimo, cuestionado. Hay que escuchar ese malestar. Con frecuencia, los pequeños gestos cotidianos pueden darnos grandes alegrías si sabemos cómo llevarlos a cabo”, nos cuenta.
#1. Bajar el ritmo
Es la eterna duda para mucha gente. ¿Cuál es la mejor forma de hacer frente a la desgana de un domingo por la tarde? ¿Saliendo de casa para no pensar o disfrutar de la tranquilidad de no hacer nada? Es una cuestión personal, pero los expertos con los que hemos hablado prefieren bajar revoluciones cerca de casa. Eizaguirre dice que ha convertido las tardes del domingo en su momento de autocuidado. “Después de un fin de semana activo o social, me gusta bajar el ritmo, leer un buen libro, preparar una cena ligera y disfrutar de una rutina relajante. Esto no solo me ayuda a terminar el fin de semana con buen pie, sino que me deja con una sensación de calma para empezar la semana con la mente despejada”. Lo mismo le ocurre a Paz Torralba, directora de The Beauty Concept, que ha aprendido a disfrutar de las bondades de bajar el ritmo e, incluso, de no hacer nada los domingos por la tarde. “Me encantan los baños de sal porque depuran y desintoxican y me gusta aplicarme una mascarilla que me limpie y otra que me hidrate bien. Leo sobre novedades de aparatología que se me acumulan en la semana y doy un buen paseo porque vivo en las afueras. Los domingos son perfectos para cuidarnos, siempre aconsejo tener una cierta rutina que no implique un esfuerzo porque no hacer nada también es muy sano, pero puedes aplicarte una mascarilla hidratante y ponerte una película. Es un placer tener esos ratitos”, cuenta.
Y puede que la mejor teoría al respecto la tenga Anabel Vázquez. “Reconozco que adoro los domingos, desde la mañana a la noche. De hecho, tiendo a despertarme muy temprano para disfrutarlos en toda su extensión. Lo relaciono con algunos de mis placeres preferidos: películas, paseos, cremas, lectura y aperitivo. Ojalá los domingos duraran cien horas. Los prefiero al sábado, que siempre implica una cierta obligación de pasarlo bien y al viernes, que siempre nos acoge agotadas. El domingo me siento fresca y me entrego a la indolencia disfrutona”.
#2. Planificar
Se puede empezar la semana a lo loco –e ir viendo y apagando fuegos según surjan–, pero los expertos en bienestar prefieren organizar y planificar. “Soy muy organizada y es verdad que no me gusta acabar el domingo sin tener prevista la semana. Creo que a muchos les pasa que no comienzan la semana o cierran el fin de semana sin tener algo de planificación y mentalmente eso genera una sensación de caos. Me gusta acabar el fin de semana con orden para que el lunes no sea tedioso”, explica Torralba. Para Amagoia Eizaguirre ocurre lo mismo. De hecho, la experta en hábitos organiza todo: desde sus compromisos laborales a los entrenamientos, pasando por el tiempo para ella misma. “La planificación es clave para reducir la ansiedad que muchas veces acompaña los domingos. Tener un plan claro me da tranquilidad y me permite sentir que tengo control sobre lo que viene”. Andreia De Araújo, directora del centro de belleza Sybarite, afirma precisamente que la noche del domingo lo deja todo listo. “Esto me evita agobios innecesarios y me da una sensación de control que me ayuda a empezar el día sin estrés”.
#3. Organizar cosas bonitas para la semana
Algunas personas lo llaman “pequeños proyectos de ilusión”. Y no estamos hablando de pensar a lo grande, sino en cosas pequeñas que nos aportan placer y bienestar. Andreia De Araújo afirma que siempre practica (y recomienda a sus clientas) planificar algo positivo para la semana y encontrar pequeños momentos para el autocuidado. “Creo que organizar bien la semana es muy importante, y para que no te sientas abrumada, es clave cuidarte también. Son pequeños detalles, cosas tan simples como dedicar un ratito para hacer deporte o una actividad que disfrutes. Aunque solo sea una hora a la semana sabe que tienes ese tiempo para ti te hará ver la semana desde otra perspectiva, con más ánimo y equilibrio”.
#4. Moverse
Disfrutar de una tarde de sofá y manta es muy necesario, pero también es recomendable incluir algo de movimiento el domingo (puede ser por la mañana) de la manera que más guste. “Me encanta la sensación de terminar el domingo habiendo movido el cuerpo y calmado la mente, es un reset total”, afirma Eizaguirre. ¿Opciones? Salir a correr, pasear al perro, dar un largo paseo por la naturaleza… “Cuando sales de Madrid paseas de 100 a 0 revoluciones y eso te recoloca”, señala Torralba.
#5. Autocuidado y silencio (si es posible)
“La tarde del domingo es importante, porque en ella desacelero y me repliego. Me gusta pasarla en casa, en silencio. Aprovecho para hacerme la manicura y ponerme la mascarilla Deeper Love de Sam McKnight en el pelo un buen rato, todo el que aguante, nunca es demasiada hidratación. Cocino lentejas, organizo la agenda, preparo ropa…Me acuesto pronto y siempre con el aceite Moon Oil de Rassa en el rostro, no arriesgo el descanso. Me da paz comenzar la semana con orden exterior e interior”, explica Anabel Vázquez. El caso es encontrar la manera de frenar y empezar con calma la semana más que de intentar darlo todo con una agenda repleta de planes, sobre todo si lo que se busca con esto es una vía de escape para no pensar en lo que viene. Otra alternativa es darse una buena ducha. “Warren Beatty decía que cuando estaba triste, se duchaba porque la sensación de estar limpio le daba mucha energía”, añade Torralba.
#6. Comer rico y salir al cine (a una sesión temprana)
Para gustos colores, pero en lugar de buscar en la comida una vía rápida de alivio, los expertos en bienestar prefieren preparar algo rico y sano. O tal y como cuenta la experta de Sybarite, salir a un restaurante de la sierra de Madrid para mezclar el placer de estar en la naturaleza con buena comida. Otra buena alternativa puede ser ir al cine y poner en práctica el ritual de la cofundadora de Laconicum. “Prefiero estar en casa, aunque con frecuencia hago una gloriosa excepción: ir al cine a una sesión temprana. Si no, una serie o una buena película en casa con una vela encendida justo después de ventilar. Siempre enciendo una vela, no hay que esperar una gran ocasión y, en todo caso, un domingo en casa puede serlo”.
#7. Revisar objetivos personales
En la era de la productividad, cuesta parar a pensar en algo menos material y mucho más personal basado en nuestro propósito de vida más allá del trabajo. “Pero los domingos también pueden ser una oportunidad para reflexionar sobre mis objetivos. No me enfoco tanto en lo que me queda por hacer, sino en valorar los pequeños progresos que he hecho durante la semana. Es un momento para darme crédito y reafirmar lo que quiero lograr, alineando mi energía con mis metas”, concluye Eizaguirre. Dicho esto, ¿quién dijo pereza de domingo?