Las relaciones maternofiliales en siete libros sobre madres e hijos que despiertan todas las emociones
Si hay historias capaces de despertar emociones –sean del tipo que sean– son aquellas que tratan las relaciones entre madres e hijos. El amor y la educación en tiempos convulsos, la ausencia de herramientas, reencuentros forzosos, sentimientos que quedan enquistados o la falta de tiempo son algunos de los elementos que tratan autoras como Almudena Sánchez, Elvira Lindo, Milena Busquets, Elena Medel, Siri Husdvedt o Tatiana Țîbuleac en estas seis novelas que, sobre todo, consiguen conmover al lector.
Gramática de mi madre, de Almudena Sánchez
Portada de ‘Gramática de mi madre’, el primer poemario de Almudena Sánchez.La uña rota
Sinopsis: De alguna forma, nos resulta familiar ese lenguaje secreto con el que hablan las madres a sus hijos. Un lenguaje no siempre entendido, en ocasiones incluso ininteligible, con su gramática, sintaxis, gestos, miradas, silencios, tonos, diccionario. Cómo descifrar ese enigma que acaso se inicie cuando, dando a luz, el tejido se desgarra y entonces puede que suceda un «Romper la madre dentro de la hija y la hija dentro de la madre». Almudena Sánchez interviene desde lo lírico en esa tensión irresoluble que, ya de niña, le ha marcado a lo largo de los años. Porque, como dice en este libro mestizo, «sinónimo de madre: no lo hay». «Siempre he intentado evitar a mi madre. Que no me viera. Recuerdo esto desde los once o doce años. Son recuerdos difusos, pero hubo un punto de ruptura, casi una línea de salida (en la que nos colocamos las dos, como atletas profesionales) a partir de la cual empezaron las diferencias, aunque siempre habían estado ahí. La línea de meta ?un posible entendimiento? no ha aparecido aún. Quizá sea la muerte; la mía, la suya, la de las dos. Quizá esto que escribo».
Te gustará porque… Con versos que van dibujando un paisaje cada vez más árido y siniestro, en el que ante todo se vislumbra la belleza introspectiva de quien se ha propuesto hurgar en una verdad punzante, este breve poemario consigue retratar la brecha existencial (y el sufrimiento que esta acarrea) que puede llegar a definir el vínculo entre madre e hija. Una conversación a la que Sánchez, desde una óptica desornamentada, directa, tiene mucho que aportar.