Soja texturizada: todas sus bondades y posibilidades
Naturalmente tiene forma de semilla, pero sus versiones para introducirla en nuestra alimentación parecen llegar a ser infinitas. De hecho, es muy probable que hayas probado ya alguna de ellas. Puede tomar forma de bebida, de aceite o incluso de salsa, pero también como harina o brotes frescos típicos de ensaladas. La encontramos también en alimentos cada vez más populares como el tofu o el edamame. Sí, hablamos de la soja, pero, esta vez, de una versión que cada vez más personas incluyen en su dieta independientemente de si consumen carne animal o no: la soja texturizada. “Aunque años atrás era un producto destinado solamente a personas vegetarianas, ahora, personas interesadas en mejorar su alimentación o en reducir el consumo de carne, la incorporan a su dieta de forma habitual”, nos explica Laura Parada, nutricionista de Slow Life House y autora del libro ¿Qué nos mueve a comer así?.
La experta nos cuenta, además, que este alimento suele ser una propuesta muy común en sus planificaciones nutricionales. Una opción diferente que cuenta “con una gran aceptación”. ¿Los motivos? Primero, las bondades nutricionales que aporta y, segundo, la libertad en cómo cocinarla o prepararla.
Una opción más derivada de la soja
La conocida por muchos como “carne de soja” es una opción más frente a las muchas posibilidades que ofrece la soja, pero no por ello deja de ser 100% natural. “No contiene ningún aditivo químico, ni colorante y su sabor y olor son prácticamente neutros”, apunta la nutricionista. Y es que, al igual que el tofu, la soja texturizada adquiere el sabor que desees darle. ¿Y de dónde proviene esta versión? La especialista nos lo cuenta: “La forma texturizada se produce mediante la extrusión de la harina de soja, que se obtiene a partir de los subproductos de las industrias aceiteras”.
El motivo detrás de su asociación a la carne se debe a su consistencia. “Es muy similar, además de compartir con ella su forma. Como si fueran migas o trozos de pan con diferentes presentaciones: fina, gruesa, en filetes o tiras, entre otras”, explica Parada. Y, aunque de primeras pueda no ser una opción de lo más apetecible a la vista, se trata de un producto con un alto valor nutricional. De hecho, hay una característica concreta que la convierte en una buena opción para aquellos que no comen carne o quieren empezar a minimizar su consumo. “La soja texturizada posee grandes características nutricionales y ofrece un alto contenido de proteína de gran calidad (siendo una proteína completa) y aportando menos grasa que los productos de origen animal”, explica la experta, y nos comparte los aportes nutricionales de este alimento: “Cada 100g de producto sin hidratar nos aporta aproximadamente 399 kcal y contiene 48,1g de proteína». Una opción ligera y, además, saciante.
Más pros de este alimento
Aunque su alto aporte en proteínas es motivo suficiente para interesarse en ella, la soja texturizada proporciona una buena lista de vitaminas y minerales extra para nuestro organismo. “Calcio, hierro, potasio, fósforo y vitaminas del grupo B”, enumera la nutricionista de Slow Life House. “También es un alimento muy rico en lecitina, una sustancia que favorece la asimilación de vitaminas en el organismo”, aclara. Además, otro punto a su favor es que contiene mucha fibra. “La soja texturizada puede ser una gran ayuda para regular el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento, además de otorgarle la capacidad de reducir los niveles de colesterol en sangre”, apunta Parada.
Aunque no es para nada una novedad en materia de recetas, en los últimos años se ha incrementado y generalizado su consumo. “Actualmente existe una mayor demanda por parte de la población interesada en conseguir una alimentación libre de productos de origen animal o solamente reducir su consumo”, aclara Parada. “Además, ahora es mucho más fácil conseguirla, pues está presente en la mayoría de supermercados y herbolarios”, añade. Sus múltiples bondades, además, han convertido la soja texturizada en todo un atractivo alimentario y en una recomendación habitual en dietas de pérdida de grasa o para ganar masa muscular tras el ejercicio (cada una de ellas, con sus correspondientes recomendaciones). “En deportistas se ha convertido también en una alternativa a la proteína de suero (whey protein) u otros suplementos proteicos, sobre todo en quienes desean llevar una dieta vegana”, añade la experta.
Ahora, la pregunta del millón –o la opción más googleada y buscada en el mundo de TikTok después de haberla comprado– es: ¿Cómo cocinar la soja texturizada? Parada nos da la respuesta.
Tips e ideas para incluir la soja texturizada en tu dieta
Ahora podemos encontrar la soja texturizada en muchos supermercados, pero tenemos que tener en cuenta algunos pasos a seguir para poder consumirla. No, no se come tal cual la obtenemos tras haberla comprado, sino que debe pasar por un proceso de hidratación previa. “Su preparativos son muy sencillos y se consiguen mediante su hidratación en un medio líquido por unos 15 minutos”, explica la nutricionista. Así es cómo conseguiremos esa consistencia similar a la carne de la que hablábamos. Después, como indica Parada, se convierte en una especie de “lienzo en blanco”: “Es muy versátil e ideal para convertir en la preparación que más nos guste”. A título personal, la primera vez que la cociné, mis amigas me recomendaron hacerlo como si de carne se tratara. Las ideas fluyen mejor cuando recuerdas recetas que has elaborado infinidad de veces: fajitas, burritos, boloñesa…