También ayuda que el trío protagonista esté magistral en sus respectivos papeles. Boros construye una Alpha impulsiva, testaruda y rebelde, aunque tan propensa a escabullirse por la ventana en mitad de la noche como a llamar a su madre y dejarse mecer para dormir. Rahim, por su parte, que ha actuado en todo tipo de títulos, desde Un profeta hasta The Mauritanian, se entrega en cuerpo y alma a una interpretación desgarradora y asombrosa que merece ser premiada. Sin embargo, me impresionó aún más Farahani, que en el papel de la afinadísima madre de Alpha ilumina la pantalla con su feroz combinación de inteligencia, comprensión, compasión y un miedo desbordante a perder a las dos personas más importantes de su vida. Sus lazos con Alpha y Amin son cálidos y naturales, creíbles.
Lo mismo ocurre con su familia, a la que vemos en las bulliciosas celebraciones del Eid y en otro momento en el que Amin tiene serios problemas. A Ducournau hay que reconocerle no solo que haya elegido a intérpretes de ascendencia norteafricana y de Oriente Medio para los papeles de Amin y su hermana –aún con una representación insuficiente en Francia–, sino también que esa elección no atienda solo al color de la piel. Estos personajes hablan bereber y francés, cantan canciones de cuna tradicionales y están conectados con su cultura de una manera rica que añade textura y realidad a su mundo.
Hay una confianza suprema en todo lo que hace Ducournau en esta película –desde el título inicial, un Alpha deletreado sobre tierra seca y agrietada, hasta la música atronadora y la fluidez con la que se mueve la cámara–. Lástima que el acto final defraude, un auténtico embrollo de saltos temporales que podría ser unos 15 minutos más corto.
A pesar de todo merece la pena vivir esta experiencia salvaje que espeluzna a la vez que fascina. Como cabe esperar de cualquier película de Julia Ducournau, hubo varias personas que abandonaron la sala durante la proyección, manos tapándose los ojos y un aluvión de críticas negativas. Cierto: Alpha no es para todo el mundo, pero un cl ásico de culto no se logra sin su buena dosis de detractores. Con esto, Ducournau ha completado un tríptico perfecto en torno a los horrores de ser mujer, y yo, por mi parte, estoy deseando ver lo próximo de la directora.
