Canciones cortas o el fenómeno musical derivado de TikTok
Puede que hayas percibido ya porque es una de las tendencias más imperantes en la industria musical actual. Y va más allá de la sensación derivada de plataformas como TikTok que ponen el foco en aproximadamente entre quince y treinta segundos de una canción. Si buscamos sus versiones completas, para nuestra sorpresa, quizás, no tienen la duración que esperábamos. Sin ir muy lejos, el audio más viral en España de esta red social a finales de este mes de mayo de 2025, Remedio, de JC Reyes y Pirlo, no alcanza los dos minutos y medio en su versión original. Y antes de prejuzgar musicalmente: no, no es cuestión de géneros. El último álbum de Sabrina Carpenter, Short n’ Sweet, dura poco más de treinta minutos a pesar de estar compuesto por doce temas. Que las canciones sean cada vez más cortas es un hecho. Los estribillos llegan cada vez antes y los temas, por lo general, tienden a contar con una duración menor. El número de streamings, la viralidad, y, sobre todo, la influencia de los vídeos cortos tienen mucho que ver en esta tendencia.
El ‘modo rápido’ llega a la música
Según el informe ‘2024 Year in Music Report’, realizado por la plataforma de análisis de datos y tendencias en la industria musica Chartmetri, la duración media de las canciones de Spotify en 2024 fue inferior a tres minutos, casi 15 segundos menos que en 2023 y 30 que en 2019. Esto nos lleva a pensar y teorizar si realmente la explosión de formatos cortos tras la pandemia puede haber condicionado las decisiones creativas de artistas y productores. “Las redes sociales han transformado nuestra manera de crear y aunque ahora dé vértigo creo que es un ejemplo más de lo que ha sucedido a lo largo de la historia”, nos cuenta la cantante y compositora Zahara. “Quizá el problema es que estos cambios suceden a un ritmo tan vertiginoso que no somos capaces de asimilarlos”, añade. Entre clics y scrolls, y de forma inconsciente, parece que tanto artistas como consumidores hemos cambiado nuestra forma de hacer o escuchar canciones.
La artista ubetense subraya la capacidad que tiene la música para reflejar momentos culturales y sociales y Emmanuel Etienne Saura Asensio, manager y promotor, socio también de la fiesta Universo, coincide con ella: “En cuanto a consumismo, estamos frente a la era del desliz rápido y lo lógico era que llagaran más canciones cortas. Se trata de una tendencia muy influenciada también por la vida rápida”, señala. “No es más que un síntoma del trastorno de ansiedad que padece la población en esta era moderna”, apunta el productor, compositor e intérprete coruñés Carlos Ares, haciendo referencia a esa necesidad de dopamina constante. “El consumidor ha disminuido la capacidad, pero no solo para escuchar temas, sino para ver películas, leer un libro… Ahora es difícil estar escuchando música y no estar leyendo publicaciones de X al mismo tiempo”, reflexiona Emmanuel. Un comportamiento muy generalizado a nivel social que también se ha traducido en cambios en las producciones musicales: “Las canciones tienden no solo a ser cortas, sino a tener muchos cambios y giros que estimulan a quien las escucha”, explica el socio de Universo. “Además, los estribillos llegan cada vez antes porque la estructura habitual se adapta, cambia, y, por tanto, se simplifica”, añade.
¿En busca de la viralidad?
Tampoco resulta extraño que en esta era musical alguien se refiera a un tema como ‘la canción de TikTok’. Estribillos (en su mayoría) o ciertos versos han alcanzado la viralidad o se han popularizado gracias a trends de esta red social. Y hay quienes no han escuchado más allá de esos quince segundos, por lo que el “espera, espera, que viene el trozo de TikTok” se ha convertido una frase de lo más recurrente para reconocer una canción. “Creo que el fenómeno de las canciones cortas tiene más que ver con la música que pretende ser masiva o la que busca desesperadamente promocionarse hasta llegar a modificar su naturaleza para complacer a algoritmos”, reflexiona Carlos Ares. Y el funcionamiento de estas aplicaciones es como un arma de doble filo: «Gracias a esos algoritmos es posible que artistas nuevos e independientes alcancen más escuchas o visualizaciones, pero, que la duración tienda a disminuir lleva a desgastar canciones más fácilmente”, reflexiona Emmanuel.
Que los streamings muevan tanto en la industria musical nos puede llevar a pensar en la posibilidad de que algunos artistas compongan y produzcan pensando en ello. “Sería una pena si dejáramos de ser profundos y de buscar nuevas formas de sorprendernos, al fin y al cabo, ser originales es el único mérito de nuestro trabajo”, reflexiona Ares. Zahara, por su parte, encuentra cierta diversión en la tendencia: “A mí no me da miedo que haya canciones cortas. Verse condicionado por las presiones del mercado puede, puntualmente, ofrecer algo diferente a nivel creativo», asegura. “Lo que sí me da miedo es que el motivo sea meramente comercial y nos olvidemos de por qué hacemos temas o del propio valor de la creación”, confiesa la cantante. Es más, tiene una anécdota de cuando compuso Leñador y la Mujer América, hace ya diez años, y que apenas roza los dos minutos: “Algunas radios me preguntaban si la canción estaba entera”.
“Desde que existe el capitalismo, se ha creado música con el único objetivo de monetizarla”, nos recuerda Zahara. “Yo jamás he escrito un éxito que haya nacido con esa vocación. De hecho, mi canción más escuchada [Con las ganas] es una balada de casi cinco minutos que rompe todas las reglas del éxito”, apunta. ”Si la hubiese intentado escribir queriendo triunfar yo no habría sabido. Para mí, escribir con un objetivo es contrario al proceso de escritura«, aclara. Si nos fijamos en uno de sus últimos sencillos, Demasiadas Canciones (2025), dura tan solo dos minutos y medio: “Fue divertidísimo concentrarlo todo y no sentir que necesitara nada más», asegura. “A mí lo que me gusta es hacer música, pensar en tiempos es alejarme de eso”, asegura la artista.
¿Se invertirá la tendencia en algún momento?
La respuesta —aunque no confirmada a ciencia cierta, pero sí teorizada— es sí. Si bien en t érminos audiovisuales el predominio el vídeo corto está más que confirmado, existe una tendencia que regresa a los formatos largos. YouTube, la plataforma por excelencia de vídeo, parecía estar olvidada frente a la viralidad de los contenidos cortos de TikTok. Sin embargo, muchos creadores de contenido están volviendo a ofrecer formatos más largos que el público demanda y consume de nuevo. “YouTube premia la permanencia de los usuarios, si las plataformas de música acaban haciendo lo mismo, las canciones largas volverán al foco. De hecho, TikTok ya ofrece la posibilidad de hacer vídeos de hasta diez minutos”, explica Emmanuel.
En esta línea, ya hay signos que demuestran la posibilidad de que ocurra lo mismo en el ámbito musical. “Siento que esta tendencia a acortar va a imponerse un tiempo y nacerán movimientos contrarios”, reflexiona Zahara. “De hecho, ya sucede: Lana del Rey sacó un single de más de 7 minutos [A&W, de su último álbum, Did you know that there’s a tunnel under Ocean Blv (2023)] y es de sus canciones más escuchadas”, nos recuerda. Carlos Ares, por su parte, confía en la integridad de los artistas: “Prefiero creer que acabarán sabiendo ignorar este tipo de movimientos y que respetarán su libertad creativa». «Confío en que la naturaleza del artista es rebelde y que precisamente por esta ‘tendencia’, empezaremos a hacer lo opuesto”, sentencia el artista.