El verano ya casi está aquí y, como cada año, las sandalias empiezan a ser objeto de deseo. Pero esta vez no hablamos de cualquier par, ahora son las sandalias romanas las que se llevan todo el protagonismo. Con el (muy esperado) regreso de esa estética de finales de los 70 y principio de los 80 que tantas pasarelas están rescatando, era solo cuestión de tiempo antes de volver a atarnos a esta silueta clásica.
¿Sorprendente? Para nada. Si este verano promete algo, es que va a ser el verano de las sandalias. Y si has intentado hacer tu día recorriendo más de 10 mil pasos en unas thong sandals, ya sabes que a veces lo que empieza como un look ideal acaba como un ‘¿en qué momento pensé que esto era una buena idea?’, después de la segunda vez que tú das un paso, pero la sandalia no. Por eso, aquí las sandalias romanas son nuestras ganadoras.
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Lo que más nos gusta de esta tendencia de primavera-verano es su versatilidad: unen lo mejor de las sandalias planas con el revival de los nudos (otra obsesión de la temporada). En el desfile de primavera-verano 2025 de Isabel Marant las vimos con aires hippies, abalorios, flecos y maxi pendientes. ¿Cómo las llevaré yo esta temporada de primavera-verano? Con vestidos midi, bermudas y gafas aviator –como las Tom Ford Icon Pilot– para canalizar ese toque retro y effortless chic que tanto estamos manifestando.
Y si aún dudas, una cosa está clara: este verano no se camina sin ellas. Aquí están nuestras favoritas.
Las más clásicas
Las que se convertirán en parte de tu fondo de armario. De esas que no fallan y siempre terminan salvándote el look. Perfectas para usarlas con unos pantalones de pinza para la oficina, o con una falda larga y fluida para un look de noche effortless al más puro estilo Olsen twins.
Con print o adornos
¿Un look básico? Añade unas sandalias con detalles y listo. Es el tipo de complemento que grita “verano” sin perder el aire minimalista. Ya sea con animal print, borlas o abalorios, que le añadan ese aire más personal.
Toque ‘ballerina’
Justo cuando pensabas que la obsesión con la estética ballet estaba desapareciendo: se transforma. Ese lazo que envuelve el tobillo convierte cualquier look en un momento de feminidad sutil. Además, nada como agregar ese factor inesperado atándolas al bajo de tu vaquero.