La rueda de prensa de Melody del lunes está dando más de sí de lo esperado. Ahora, David Broncano ha contestado a Melody durante el inicio del episodio de La Revuelta de esta noche. Broncano no solo se ha negado a pedir disculpas a Melody por supuestamente hacer comentarios «despectivos» sobre ella tras su paso por Eurovisión, sino que ha negado que dichos comentarios existieran, le ha afeado que sacase la «carta de la salud mental» para justificar el plantón a su programa, y ha criticado indirectamente su neutralidad política al decidir no condenar un genocidio, acto que, según Broncano, trasciende el ámbito de la política y responde a una cuestión de «humanidad».
Tanto Melody como David Broncano están jugando al juego del circo mediático. La primera exigiendo disculpas en una rueda de prensa, al calor de su público, como si fuera la persona más ofendida de España. El segundo, utilizando su programa para cuestionar indirectamente la «humanidad» de una persona que decide no pronunciarse políticamente por razones desconocidas, o bien porque no está suficientemente informada sobre el tema, o bien porque no le interesa.
Doy la razón a Broncano en que Melody erra usando la «carta de la salud mental» para defender la cancelación de su agenda. Melody tenía pactada su visita a La Revuelta del 19 de mayo desde hacía dos meses. Si hubiera quedado en mejor posición, todos sabemos que habría ido.
Pero que no nos ciegue la aparente «soberbia» de Melody. Detrás del personaje hay una persona que esperaba una mejor posición (como Islandia, seguramente). También es una artista convencida de que habría obtenido un mejor puesto si las cosas se hubieran hecho a su manera, y no a la manera de RTVE. Melody quería saltar por los aires, montar el circo que hizo Polonia. RTVE prefirió rebajar su propuesta, hacerla menos arriesgada. Melody tiene derecho a estar resentida.
¿Melody debe hacer autocrítica? Por supuesto: si ‘Esa Diva’ ha quedado antepenúltima es porque la canción no ha gustado. Aunque a ella le parezca «un temazo», si al público de Eurovisión no le ha parecido tal cosa, «por algo será», como le gusta decir a ella. Pero también RTVE y Benidorm Fest deben analizar por qué la apuesta de Melody no ha sido competitiva en el escenario eurovisivo. Es genial que ‘Esa Diva’ sea conocida en España, pero no aspirábamos solo a eso.
También es lícito que Melody esté frustrada y enfadada por su antepenúltima posición y por sus 37 puntos. Es de esperar, por otro lado, que necesitase recargar pilas emocionales pasando tiempo con su familia, sobre todo si lo que traía a casa no es una victoria, sino una derrota. Es lícito que le molestase el comentario de Broncano sobre la «bajada de persianas», porque reducía la decepción eurovisiva de Melody a una pataleta. Es normal que le escociese el comentario de que habría necesitado «unos 300 puntos más» para ganar, porque fue una burla, aunque Broncano lo niegue.
Y ahí está el problema, que ningún personaje de esta historia es capaz de reconocer su error. Melody exige que se la «respete como artista», pero es ella la que planta a La Revuelta en primer lugar. Seguro que en El Hormiguero la tratarán mucho mejor. Y los protagonistas de La Revuelta se niegan a entender por qué sus comentarios han podido resultar molestos. Peor aún, Broncano podría haber elegido anoche el camino de la reconciliación validando el sentimiento de Melody, aunque él no vea ofensa en sus palabras. Sin embargo, ha decidido echar más leña al fuego y seguir alimentando el show de estos dos egos mediáticos.