Natalie Portman y Roma solo podían traer algo bueno. La intérprete fue una de las celebrities que no se perdió el desfile crucero 2026 de Dior en La Ciudad Eterna: una nueva colección en la que Maria Grazia Chiuri homenajeaba el color blanco y con la que “reconstruye de una forma personal y única los personajes, los paisajes, las historias y la mitología de su ciudad”, tal y como relataba la firma en su página web. Aunque con ella también se honraba la vida de la condesa Mimì Pecci-Blunt, entre París y Nueva York. Los jardines de Villa Albani Torlonia sirvieron de escenario para este viaje, donde se ubicó la pasarela nívea. Un color hecho dress code que, por supuesto, también siguieron los invitados.
Como parte de este último grupo, la actriz demostró (con solo dos piezas) que los looks monocromáticos están lejos de ser aburridos. Incluso, sin incorporar tonos vibrantes. Lo hacía con un conjunto de Dior formado por un vestido y una prenda exterior fuera de lo común, sin necesidad de nada más. Pero vayamos por partes. El vestido, que funcionaba a modo de base para el estilismo, contaba con un diseño ligero gracias al tejido utilizado. Con un cariz semi transparente y construido a partir de volantes, aportaba una textura lejos de los acabados lisos y sobre todo, dinamismo. Un movimiento que tenía como broche final el choker, de la misma textura que el resto de la silueta y que dejaba relegaba a un segundo plano las joyas.
Pero la estrella del outfit no era otra que la levita, que incorporaba con su clásico corte alargado por encima del vestido. Una alternativa para ir más allá, probar nuevas fórmulas y salir de las chaquetas o blazers convencionales. Esta, de color blanco, lisa y con bolsillos en los laterales, le aportaba un acabado formal al conjunto en su totalidad. Muestra suficiente de que basta con un solo elemento para transformarlo todo. Y tendencia, también, cuyo renacimiento comenzó en las colecciones de otoño-invierno 2024/2025: un riguroso juego de moda en el que se mezclan referentes históricos, el universo ecuestre y una revolución estética con las que las mujeres se convierten en dandi.
En concreto, en una unión entre los códigos femeninos y masculinos tradicionales, que rescata esta prenda de etiqueta y le da una vuelta de tuerca para añadirle personalidad. Un maquillaje natural y un clean look hacían el resto. A veces, basta con bucear en el armario de nuestros padres para acertar de lleno. Portman lo confirma.
