Tu jefe sabe menos de tecnología que tú: ¿disimulas o le enseñas?
Durante la reunión de hoy, mientras se proponían estrategias clave que aplicar a ese proyecto al que tantas horas le estáis dedicando, escuchabas atónita cómo, tu jefe, a la hora de plantear el papel de la tecnología en las diferentes fases, dejaba a esta relegada a un plano que no le corresponde. Puede que ya hayas intentado que tu jefe entienda todo el potencial que tiene la IA generativa o el análisis avanzado de datos, y lo que siempre te has encontrado hayan sido evasivas y muros. Una práctica que ya se está convirtiendo en costumbre que hace aflorar la frustración y abrir un cada vez mayor abismo entre tú y tu jefe.
No estás sola porque, según estudios del sector, el 62% de los empleados a nivel mundial afirma estar utilizando herramientas de IA generativa en su trabajo diario mientras que solo el 30% de los directivos declara sentirse cómodo tomando decisiones relacionadas con esta tecnología. Algo que, como afirman desde The Valley Business & Tech School puede tener un impacto directo en la capacidad de innovación, competitividad, sobre la motivación de los equipos y la productividad. Porque cuando los líderes no comprenden las posibilidades reales de la tecnología, ni sus limitaciones, es difícil que impulsen una estrategia coherente de transformación digital.
Diferente nivel de conocimiento tecnológico pero mayores oportunidades
Este distanciamiento normalmente desincroniza los ritmos de aquellos que forman parte de los puestos medios o juniors con los de los altos, como reflejo de un conflicto formativo y, en muchos casos, también generacional. Para abordar este tema, que se extiende al vertiginoso ritmo que se presentan los avances tecnológicos, hemos acudido a Sandra de Soto, directora del DMBA (Digital MBA) en ISDI y consultora especializada en diseño estratégico y marketing digital. Ella tiene claro que normalmente los trabajadores que están “en el barro” y resolviendo los problemas del día a día son los que están más familiarizados con las nuevas tecnologías por dos motivos: por necesidad, de ahí que busquen nuevas soluciones y herramientas que les faciliten el trabajo, y por un uso natural de esas tecnologías que también emplean fuera del entorno profesional. “Exploran, prueban, fallan y vuelven a intentarlo. Por eso asimilan con rapidez conceptos como prompting, automatización o análisis de datos”, explica Sandra.
Así, a medida que se van escalando posiciones en la jerarquía, el foco cambia hacia la estrategia o la gestión, para dejar en un último plano la ejecución directa. Esto provoca que, como afirmábamos, se produzca una desconexión con lo que ocurre realmente en los equipos. Hasta ahí el primer problema, el segundo y más preocupante llega cuando los líderes, en lugar de entender ese valor y potenciarlo, lo obstaculizan, corriendo el peligro de experimentar una fuga de talento en el equipo. Y no fomentar e impulsar se traducirá en la implementación en procesos ineficientes, pérdida de agilidad, oportunidades o de confianza en el líder. “Hoy, liderar sin entender el contexto tecnológico es como ir con un mapa cuando otros ya usan GPS. Cuando quieres reaccionar, ya es tarde”, afirma tajante de Soto.
Por el contrario, “cuando los perfiles más jóvenes reciben la formación adecuada, se convierten en piezas clave para la transformación digital real. Y cuando los perfiles más experimentados lo entienden, aportan contexto y visión”, afirma de Soto. Hablamos de inteligencia artificial generativa –que, según la experta es la que más brecha está abriendo ahora mismo–, de todo lo relacionado con el análisis avanzado de datos o herramientas no-code, la automatización de procesos, el design thinking, el trabajo en Agile y las habilidades relacionadas con UX/UI. Funciones que a los líderes muchas veces les interesan, pero que también temen por la inseguridad que les crea el no saber cómo usarlas de forma concreta en sus áreas. Y es que, la clave del asunto está en no comprender vs. no dominar, “que no comprendan su potencial es problemático, que no lo dominen no tanto, siempre y cuando permitan y motiven a otros miembros de su equipo a sacar provecho de ellas”, comparte Sandra de Soto.