Querida, Miley Cyrus: estamos listos para que nos deleites con tus elecciones de estilo
Mientras el mundo sigue digiriendo toda su atención a su nuevo trabajo discográfico, Something Beautiful, Miley Cyrus no solo impone su presencia en las listas de reproducción más populares, sino que se cuela entre las fuentes de inspiración estilística más aduladas. Lo que Miley está haciendo –consciente o no– es definir una nueva era en su etapa musical. La cantante que en su día marcó nuestras infancias con su papel en la serie favorita de la Gen Z, Hannah Montana, se dejaba ver por las calles de Nueva York con un conjunto sartorial más allá de los clásicos dos piezas que suelen venirnos a la cabeza.
En esta era post-Flowers, Miley se mueve con la seguridad de quien ha sobrevivido a su propia existencia y que trata su pasado como algo bonito. El country, el grunge, el pop y la psicodelia visual de sus años de Bangerz se fusionan ahora en una estética más controlada, pero igual de disruptiva como es ella misma. Toda esta evolución ha ido acompañada con una materialización estética a través de sus looks.
En plena vorágine promocional, su presencia está marcada por estilismos de corte impecable, piezas insignia como las Tabi de Maison Margiela, elecciones de Alaïa, Jean Paul Gaultier o piezas vintage de Thierry Mugler. El armario visual de Miley es un sueño de moda. Y su última elección no se ha alejado nada de lo anterior.
Miley abrazaba la carga simbólica de la sastrería como declaración de poder para ganarse la adulación de las que más saben de moda. Su elección giraba en torno a la reinterpretación de un traje de chaqueta de estampado de raya diplomática, desarmándolo pieza por pieza y reconstruyéndolo de arriba a abajo. Las prendas en cuestión fueron unos pantalones de corte oversize con la cintura reinterpretada en forma de corsé que los ajustaba a esa parte de su cuerpo para dejar que naciera el vuelo de la pierna en sus caderas. Por otro lado, la americana desprendía tintes dosmileros al ajustarse tanto en la cintura como en la parte de los hombros y, en lugar de llevar botones, incorporaba un cierre en forma de corchete en la parte del pecho dejando su abdomen al aire.
