Un análisis de Substack, la red social de la que más oyes hablar.
Twitter está muerto. Es un hecho, no solo porque se le renombrara X y el algoritmo y su lógica funcionen distinto, sino también porque sus antiguos usuarios abandonan en masa la red social. Como dato, en los últimos cinco meses, X ha perdido 5 millones de usuarios procedentes de la Unión Europea. Desde entonces, un sentimiento de orfandad ha perseguido a sus usuarios (entre los que me incluyo), a los que se suma también un cierto agotamiento de las redes sociales clásicas, que basan su funcionamiento en la inmediatez. Durante un buen tiempo, la red social había supuesto un lugar que se asemejaba a un ágora digital y en el que era muy fácil entablar amistades, leer, escribir y compartir pensamientos, y, sin embargo en los últimos años la conversación se había vuelto casi imposible. La mayoría de la gente con la que hablaba empezó a dispersarse en lo que se podría denominar como diáspora tuitera.
En esa tierra de nadie, en la que los usuarios han intentado encontrar otros nuevos lugares en los que poder sentirse a gusto en internet volviendo a otras redes clásicas como Instagram o TikTok, han aparecido alternativas como Mastodon o la más potente Bluesky, que sigue sumando a sus filas antiguos usuarios de Twitter. Sin embargo, una de las alternativas que más atención está ganando adeptos es Substack.
Fundada en 2017 por Chris Best, Hamish McKenzie y Jairaj Sethi en respuesta al cambiante panorama mediático estadounidense, Substack se perfila como un soplo de aire fresco para una audiencia que añora los blogs de la época anterior a las redes sociales. Basado en una red de blogging clásica que fusiona además el concepto más íntimo de newsletter, Substack cuenta además con personalidades en el mundo de la literatura que confirman su estatus de plataforma a considerar. Nombres como Margaret Atwood, Pamela Anderson, Patti Smith, Ottesa Monsfegh o Catherine Lacey pueblan el panorama de una red social que va aumentando seguidores de forma vertiginosa, y es que Substack ha llegado a los 35 millones de subscriptores activos en el mes de marzo de 2025, según datos de la propia empresa.
El cambio definitivo en Substack llegó en abril de 2023, momento en el que implantaron una función llamada Notes, con unas funcionalidades muy parecidas a las que ofrecía X. Una decisión que provocó que Elon Musk ordenara el bloqueo momentáneo de los enlaces a Substack desde la red social. Y es que, desde que Musk está al frente de X, el éxodo de personas hacia otras redes sociales ha continuado de manera constante. En ese viaje, la mayoría de la gente ha huido de un ambiente social enrarecido y violento, como cuenta la poeta Paula Melchor: “Me fui de Twitter/X por un asunto principalmente político, creo que un poco como todas. Además, hacía algún tiempo que había empezado a hartarme de su dinámica destructiva y de odio, de las restricciones de espacio que me hacían no desarrollar ni uno solo de mis pensamientos” explica, “empecé a pensar en formato tuit“.