Hace algo menos de un año que llegaba a la gran pantalla la primera aparición de Najwa Khliwa. Se daba con un papel secundario en Menudas piezas, una comedia familiar de Nacho G. Velilla que se convertía en un pequeño éxito de taquilla tras su estreno. Ahora, meses después, Khliwa vuelve a la pantalla, pero en este caso de los hogares. La intérprete nacida en Bilbao hace ahora 23 años es una de las nuevas caras que pueblan Olympo, la serie sobre deportistas de élite que aterriza en Netflix el 20 de junio. Su papel es el de Fátima, una joven con hambre de éxito que hará todo lo que esté en su mano para ocupar uno de los puestos principales en el equipo de natación sincronizada que se prepara en el Centro de Alto Rendimiento Pirineos.
Inicia una carrera que se adivina meteórica Najwa Khliwa con este papel que ha requerido de una preparación física intensa y que hará que su trabajo se vea en todos los países en los que Netflix tiene presencia, que son prácticamente todos. Tras una trayectoria en la que se han dado mil y un castings parece que se abre un nuevo camino ante ella que está deseando explorar. Hablamos con ella.
Rubén Vega
Rubén Vega
Vogue: ¿Cuál ha sido el mayor reto de interpretar a Fátima en ‘Olympo’?
Najwa Khliwa: Sobre todo, lo más complicado ha sido adoptar la disciplina deportiva. Al final, entrenábamos todos los días como unos verdaderos deportistas de élite, llevando las mismas dietas y al mismo nivel de esfuerzo físico.
V: ¿Eres de las que siguen las normas o de las que a veces se las saltan?
NK: [ríe] Alguna norma me he saltado. Por ejemplo, en la dieta nos restringían alguna comida para poder llegar mejor a nuestro objetivo físico individual, pero yo no puedo evitar comerme mis dulces y mis antojitos. Saltarse las normas es divertido y, de vez en cuando, inevitable
V: ¿Ha sido tan divertido el rodaje como se intuye?
NK: Ha sido como un campamento de verano, como volver al instituto. De allí me llevo un grupo de amigos increíble, hemos hecho una amistad muy real entre todos y somos como una pequeña familia. No nos despegamos, fuera del rodaje estamos todo el día juntos e incluso nos compartimos la ubicación entre todos para ver dónde estamos cada uno –no somos tóxicos solo nos queremos mucho–. Hay demasiadas anécdotas icónicas en Olympo.
V: ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado en tu carrera?
NK: En esta carrera hay que ser consistente con las pruebas, tener fe, y saber aceptar muchos noes. También hay que mantener los pies en la tierra, pero lo que más me resuena siempre es lo necesario de divertirse. Por suerte, trabajo en un sector que tiene una dinámica que a mí me encanta y me hace feliz.
V: ¿Siempre supiste que querías ser actriz?
NK: La verdad es que no. De pequeña quería ser diseñadora de moda, pero con 18 años me empecé a plantear la idea porque mis amigos me decían que tenía mucho arte para esta profesión. Probé suerte con el corazón en la mano y todo salió mejor de lo que me pude llegar a imaginar. Los sueños se cumplen si mantienes la pureza y eres honesto contigo mismo.
V: ¿Hasta dónde te gustaría llegar en tu carrera?
NK: Me gustaría hacer cine en Estados Unidos, en inglés. También grabar muchas pelis de acción, que requieran preparación física. Mi género favorito son los thrillers, quiero hacer papeles duros, crudos y que me saquen mis emociones más fuertes. Sueño con interpretar alguna princesa Disney o darle voz. Eso sería un sueño.
V: ¿Tienes alguna manía en los rodajes?
NK: Siempre pregunto si tienen hielo cuando llego muy temprano, para pasármelo por la cara y sentirme más fresca y despierta. Si hay dulces me los como todos, sobre todo las napolitanas o los churros porque amo comer en rodaje. Disfruto mucho de procesos y del momento vestuario: supone poco a poco transformarte y verte en el personaje. También me la paso cantando por el rodaje siempre estoy tarareando algo y me encanta pedirles objetos a los de arte para coleccionarlos, me gusta llevarme recuerdos de cada proyecto.
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