El nuevo amor platónico de las escandinavas: las bailarinas en todas sus formas
Si hay algo que define el estilo escandinavo es su capacidad para reinventar lo cotidiano y su funcionalidad intrínseca y convertirlo en algo extraordinario. Estocolmo, como epicentro del nuevo lujo silencioso, lleva años dictando una estética que mezcla lo racional con lo emocional y lo depurado con lo más ecléctico. Esta temporada, durante su Fashion Week, lo ha vuelto a demostrar a través de un elemento que lleva años muy presente y que ocupa un lugar de deseo en los armarios más avant-garde: las bailarinas.
Digámoslo alto y claro: las bailarinas ya no solo son exclusivas de las más clásicas, sino que han sido redimidas y ahora encuentran cabida en todos los estilos habidos y por haber. Lejos de ser una mera prenda nostálgica, este calzado de tintes infantiles y románticos –esto último no siempre– se ha convertido en símbolo del estilo nórdico: consciente, libre y sin necesidad de tacones para pisar fuerte. Ya no son concesión única del ballet ni de los armarios parisinos más chic. En Estocolmo, las hemos visto combinadas con siluetas minimalistas, detalles vintage, guiños al romanticismo e incluso con estéticas que podríamos llamar directamente subversivas como el punk. Desde los modelos mesh al animal print, pasando por las versiones con tacón bajo de abuela o las reinterpretaciones más puras del ballet clásico: las bailarinas se declinan en múltiples lenguajes, pero siempre con la misma esencia silenciosa y poderosa de siempre.
Es en la calle, la pasarela sin filtros más universal, donde se ha confirmado la tendencia en sus seis versiones. Las editoras nórdicas, estilistas y creativas del norte han hecho de las bailarinas su nuevo amor platónico, reinterpretándolas sin estridencias, con inteligencia y con mucho estilo. Estocolmo ha demostrado que las bailarinas no son un mero revival, sino una pieza en evolución constante. Lejos de quedarse en el cliché, se han transformado adquiriendo múltiples identidades que van desde la dulzura hasta la subversión, desde lo vintage hasta lo vanguardista y siempre con una premisa más nórdica que existe y es que el estilo no está reñido con la comodidad. En la capital sueca, las bailarinas no bailan… caminan seguras, firmes y con una estilo propio.
Estos son los 6 modelos clave que la Stockholm Fashion Week ha puesto en nuestro radar:
Las bailarinas de escote alto
Sobrias, limpias y sin adornos. Las bailarinas de escote alto, aquellas que cubren casi por completo el empeine, son el nuevo fetiche de las escandinavas y de las insiders. De líneas simples y, generalmente, en tonos neutros como el negro, el marrón o el marfil, las bailarinas de escote alto funcionan como una segunda piel en su faceta más elegante. Se combinan con pantalones de pinzas, faldas largas de línea A o vestidos fluidos y son la respuesta al deseo de discreción y al ansia por la calidad y la comodidad.