Conocida por el gran público por sus meticulosas interpretaciones, la actriz germanoluxemburguesa alterna trabajos en francés, inglés y alemán. En Francia, fue nominada al César a la mejor actriz por Abrázame fuerte en 2022 y premiada en el Festival de Cannes el mismo año (en el apartado Un certain regard) por La emperatriz rebelde. En esta entrevista exclusiva con Vogue, lo cuenta todo sobre su boda griega y la historia detrás de sus tres vestidos de novia de Vivienne Westwood.
Vicky Krieps, su abuela y los vestidos de novia de Vivienne Westwood
Cuando Vicky Krieps habla de su boda con Lazaros Gounaridis, y más aún de la elección de su vestido de novia, cuenta una historia de herencia, tradición y promesas cumplidas. «Podemos titularla El vestido«, empieza diciendo. El vínculo con Vivienne Westwood no fue casual, pero “como todos los caminos llevan a Roma”, dice Vicky, hubo dos razones que la llevaron a elegir la casa de moda británica.
La primera fue personal: una promesa hecha a su abuela. «Le prometí muy seriamente, casi como pronunciando un sermón, que me casaría con un vestido blanco», explica Vicky. La promesa guardaba un profundo significado, ya que su abuela, que había sido excomulgada por casarse con un divorciado, se había casado sin vestido blanco ni ceremonia eclesiástica. «Creo que eso fue muy doloroso para ella».
Mantuvo su palabra a pesar de que la actriz, una mujer libre, independiente y artista consumada, ya no creía en el matrimonio. Hasta que un día, cuenta, «me propusieron casarme y dije que sí, para mi sorpresa. Y me sentí muy feliz diciendo que sí». Entonces recordó la antigua promesa: «Aunque no me casara por la iglesia ni con caballos, sería con un vestido blanco».
¿Por qué Vivienne Westwood? Una elección hecha en el cielo
Ahí es donde entra en juego la segunda razón para elegir la firma británica. «Hace diez años vi un vestido de Vivienne Westwood y pensé que era el vestido de novia más bonito que había visto nunca. Parecía como si alguien hubiera cogido la seda y la hubiera lanzado sobre el cuerpo de una mujer. Probablemente fue eso lo que me atrajo, porque tenía ese aire tradicional, ese respeto por la forma, por el arte, por la moda, por la creación, por la alta costura, y al mismo tiempo desprendía una sensación de libertad, de picardía, con un toque salvaje».
Cuando decidió ponerse en contacto con la casa, el momento era perfecto: Vivienne Westwood presentaba su primer desfile de vestidos de novia en la Bridal Week de Barcelona, en abril de 2025. Allí conoció a Andreas Kronthaler, el director artístico, y de nuevo una señal: «Descubrí que era austriaco. Mi abuela era austriaca… Cuando me lo dijo, todo cobró sentido. Me puso la piel de gallina». Sonríe al imaginar a la propia Vivienne Westwood y a su abuela «arriba, tomando el té… Ellas lo organizaron todo».
La prueba en Barcelona quedará grabada en su memoria: «Había llevado muchos vestidos en la película El hilo invisible, pero este era realmente genial. No hay nada más bonito que un vestido de novia. Es como saltar desnuda a una tarta de nata. Fue precioso y mágico, y me sentí más guapa que nunca».
Así fue, en imágenes, la boda de Vicky Krieps en Grecia, con tres vestidos de novia de Vivienne Westwood.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.fr