El amargo matrimonio de Consuelo Vanderbilt en la vida real que inspiró ‘La edad dorada’

A su vez, Marlborough encontró una prometida con un requisito que necesitaba desesperadamente: dinero, que aseguraría el mantenimiento de Blenheim. Tanto es así que rompió con una dama inglesa de la que estaba encaprichado desde hacía tiempo. «Aquella tarde debió de tomar la decisión de casarse conmigo y renunciar a la chica que amaba, como me confesó trágicamente poco después de casarnos», escribió Consuelo. «Porque para vivir en Blenheim con la pompa y circunstancia que él consideraba esenciales, necesitaba dinero».

Dinero que consiguió. Tras su divorcio en 1907, la prensa se enteró de los términos exactos del acuerdo entre los Vanderbilt y los Marlborough. El duque recibiría 100.000 dólares anuales, unos 3,2 millones de dólares actuales. También recibió 2,5 millones de dólares en acciones del ferrocarril, lo que, ajustado a la inflación, equivaldría hoy a unos 81 millones de dólares. Consuelo, por su parte, también recibió una cuantiosa asignación.

La joven intentó oponerse a los deseos de su madre. Se enfrentó a ella en la casa familiar de Newport, donde Alva le prohibió recibir visitas por si le colaban mensajes de Rutherford.

«Consideré que tenía derecho a elegir a mi propio marido. Estas palabras, las más valientes que jamás he pronunciado, provocaron una espantosa tormenta de protestas. Sufrí todos los reproches, oí todos los ataques verbales posibles contra el hombre que amo», escribió.

Desconsolada y acorralada, Consuelo aceptó el compromiso. Se convirtió en el ejemplo más eminente de lo que se conoce como “princesa del dólar”, es decir, ricas herederas norteamericanas que se casaban con aristócratas ingleses, obteniendo con ello influencia social y títulos. A cambio, los hombres recibían una cuantiosa dote, a menudo utilizada para administrar sus propiedades. Según la Biblioteca del Congreso de EE.UU., a finales del siglo XIX, más de un tercio de los miembros de la Cámara de los Lores se habían casado con herederas del otro lado del charco.

En 1895, Consuelo y el duque se casaron en Nueva York, en la iglesia de St. Thomas de la Quinta Avenida. Su madre sometió a Consuelo a una intensa vigilancia en las horas previas al enlace, por si intentaba huir. «Pasé la mañana del día de mi boda llorando y sola; nadie se acercaba a mí. Se había apostado un sirviente en la puerta de mi apartamento y ni siquiera mi institutriz fue admitida». La boda se retrasó 20 minutos porque Gladys había llorado tanto que tenía los ojos hinchados.

Ver fuente

Farándula y Moda

Entrada siguiente

Trump asegura que España cumplirá la meta del 5% de gasto militar: “Garantizado” | Internacional

Sáb Jun 28 , 2025
Comparte en tus redes sociales El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado que España cumplirá —“garantizado”— la meta de gasto militar del 5% del PIB que se ha fijado la OTAN en su cumbre de La Haya a principios de esta semana. Al término de aquella cita, el […]
EL PAÍS

Puede que te guste