El bolso desenfadado y cómodo que nos acompañará todo el verano es también un must para Daisy Edgar-Jones
No hay temporada en la que no emerjan bolsos nuevos que se acaban convirtiendo en objetos de deseo, pero siempre existen algunos otros infalibles que destacan sin importar el tiempo que pase. Nos referimos a los bolsos de rafia (paja, ratán o mimbre), ese todoterreno con el que hemos de contar sí o sí en el inventario, puesto a que son un diseño de lo más polifacético. Los vemos principalmente en playas y piscinas, por las calles de destinos turísticos mediterráneos y hay quien se atreve también a llevarlos al hombro cuando toca dar un paseo por la ciudad. Y si con esto no hubiéramos tenido suficiente, Daisy Edgar-Jones viene a decirnos que, en realidad, este verano podremos adaptarlos a todo tipo de planes –aunque estos incluyan asistir a un festival de música–.
La chica británica de moda pisaba este fin de semana el embarrado suelo de Glastonbury con unas botas Hunter y un vestido blanco minimalista. Un estilismo que resulta austero teniendo en cuenta la tendencia actual de adornar con brillos, tachuelas y demás abalorios los looks festivaleros. Pero si hay algo que lo hacía destacar, aparte de su sencillez, era el bolso de mimbre (el suyo, de Gucci) que llevaba colgado de su antebrazo.
Cuando pensamos en bolsos que llevar a un festival, siempre se nos vienen a la cabeza las riñoneras o, como mucho, los bolsos baguette si queremos ser las más chic de la audiencia. Todas ellas opciones cómodas, ligeras e (importante): que protejan nuestras cosas mientras disfrutamos de la música en directo. Lo que no se nos había ocurrido (gracias, Daisy) es probar con un diseño que combine todo lo que necesitamos y que tenga además un punto distintivo. ¿Te apetece este verano un bolso de rafia? Pues, más allá del básico capazo, hazte con uno en formato bandolera.
En realidad, no hace falta que sea una bandolera per se. No son necesarias las complicaciones, basta con que tenga una correa o cuerda que nos facilite colgarlo del hombro. Su estética simple y su alma artesanal hacen que resurja cada verano como ese complemento que todo lo transforma, así como sus tejidos naturales consiguen que se integren en cualquier estilismo, aportando siempre un matiz desenfadado. Daisy Edgar-Jones lo ha llevado en Glastonbury, pero podríamos imaginárnoslo perfectamente en cualquier otro festival al que vayamos a asistir durante estos meses o dentro de la maleta como ese accesorio al que más partido le sacaremos a lo largo de las vacaciones. Definitivamente, es un básico que no puede faltar.
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