La búsqueda de la tranquilidad se antoja como una quimera que se nos escapa cuanto más evolucionadas son las sociedades. Nos cuesta tomar el control del presente, mucho más planificar un futuro sin preocupaciones; y es que para ello, toca atreverse a cuestionar creencias, a cambiar de mentalidad y a comprometerse con esos objetivos que nos auguran un mañana más seguro. Aprender a tener una buena gestión del dinero es una asignatura pendiente que afecta especialmente a las mujeres. Así se recoge en la Encuesta de Competencias Financieras elaborada por el Banco de España, donde se observó que el porcentaje promedio de respuestas correctas entre los hombres fue del 58%, mientras que ellas obtuvieron un 48%, lo que evidencia una brecha de género que no se ha reducido desde 2016.
Alcanzar la libertad financiera pasa por educarnos para “tomar decisiones acertadas a lo largo de la vida, tener hábitos económicos saludables y conocer las oportunidades y riesgos de los productos financieros que contratamos (cuentas, tarjetas, créditos, hipotecas…)”, según el propio Banco de España. Lo que se traduce en más confianza, mayor conocimiento de nuestros derechos y obligaciones y una planificación a futuro sostenible y responsable.
Una de las herramientas es el ahorro, algo que para la coach financiera Patricia Caro hemos malentendido: “Muchas personas piensan que solo se puede ahorrar cuando tienen dinero sobrante al final del mes. Esta idea es un error”. Caro considera indispensable empezar haciendo un presupuesto, analizar la situación de la que partimos, establecer qué objetivos tenemos –ya sea un fondo de emergencia, unas vacaciones, la compra de una casa o la jubilación– y pasar a la acción. Un truco infalible consiste en automatizar una transferencia a la cuenta de ahorros cada vez que recibamos el salario. Esto hace que el ahorro sea una prioridad.
Una vez que tenemos un colchón, resulta interesante pensar en invertir. Andrea Redondo, experta en finanzas y fundadora de El Club de Inversión, explica que almacenar dinero en una cuenta corriente pierde valor a causa de la inflación: “El coste de oportunidad de tener tu dinero en el banco ahorrado es que estás dejando pasar posibilidades de inversión. Por ejemplo, el año pasado, la Bolsa americana dio una rentabilidad de un 20%, frente al 4% que puede dar un depósito en el banco. Ese 16% que has dejado de percibir es el coste de oportunidad”. La buena noticia es que gracias a la tecnología financiera se ha democratizado el mundo de las inversiones y podemos empezar con muy poco activo. “No hace falta tener dinero para invertir, sino invertir para tener dinero. Este es el cambio de mentalidad que debemos hacer”, afirma la experta, quien advierte que conviene definir bien el perfil de inversor que somos antes de aventurarnos. Otra de las claves que aporta Andrea Redondo es diversificar los ingresos: “Antiguamente, invertir era un lujo, hoy en día es una necesidad. Nos conviene buscar ingresos pasivos, es decir, aquellos que no implican un intercambio de tiempo, sino que el dinero va a estar trabajando por nosotros, lo que hará que crezca sin tener que trabajar más”.