No es extraño que un proyecto inmobiliario de cierta envergadura sufra cambios desde que se plantea hasta que las llaves llegan a las manos del cliente final. Y más en un mercado en auge como el del lujo en Madrid. Es lo que ha ocurrido con Santa Catalina 5, un edificio en el Barrio de las Letras, a pocos pasos del Congreso de los Diputados. En 2022, Dazia Capital compró el inmueble a una familia madrileña por un precio que no ha trascendido, aunque la compañía ha cifrado en 18 millones la inversión total en el proyecto.
En aquel momento, el fondo anunció que haría una veintena de apartamentos destinados a alquiler temporal. Sin embargo, la revalorización de la zona, con varios hoteles de lujo en las cercanías, y el buen comportamiento del mercado residencial prime hicieron que la firma decidiera cambiar el proyecto y dedicarlo en exclusiva a uso residencial. Inés Turégano, directora comercial de Dazia Capital, aseguró este jueves, durante la presentación del proyecto a la prensa, que en la decisión no ha influido la nueva regulación de la capital sobre los pisos turísticos.
En el último año, se ha producido otro cambio. Los dos bajos, que en un principio habían sido ideados para comercio, también se han destinado a vivienda. De hecho, ambos están ya vendidos. Uno de ellos a un ciudadano estadounidense que pasará en él temporadas y lo alquilará las que no esté en Madrid.
Y puede que el proyecto tenga todavía algún cambio más, ya que las 11 viviendas previstas, de entre 100 y 270 metros cuadrados y de 1 a 4 dormitorios, pueden acabar siendo menos si algún comprador decide unir dos de ellas. Como aún puede pasar con las que se encuentran en el segundo piso o con los tres dúplex que ocupan las plantas cuarta y quinta.
Los precios de las unidades están en una horquilla que va desde los 2.250.000 a los 3.500.000. Aunque puede llegar a los 6.300.0000 si se unen las dos unidades de la segunda planta, “la zona noble del edificio”, como la definió Natalia Pérez, responsable en Knight Frank de la comercialización de este proyecto.
Pérez calcula que el precio medio del metro cuadrado está en 13.400 euros, con 11.000 euros en las unidades más asequibles y 16.000 euros en las más caras. Una cifra que se sitúa en la horquilla que la consultora inmobiliaria baraja para los pisos de la zona, entre 12.000 euros y 18.000 euros el metro cuadrado. “La demanda no para de subir y los proyectos siguen siendo limitados, por lo que en la ciudad calculamos que los precios van a seguir subiendo de manera sostenida alrededor del 5%”, añadió Carlos Zamora, director de residencial de Knight Frank.
De las 11 viviendas previstas en la actualidad, ya se han vendido 5. Los dos bajos antes mencionados, las dos de la tercera planta y una en la primera. Destacó Pérez, que la mayoría de los compradores son nacionales, “en concreto madrileños que conocen bien el barrio”. Los dueños de los inmuebles tendrán a su disposición 200 metros cuadrados de zonas comunes en las que habrá una piscina interior climatizada, sauna, gimnasio, sala de yoga y un salón social con vinoteca.
De la renovación del edificio, que data de 1.800, se está ocupando Moisés García, de Arata Arquitectura, quien explicó que se deben respetar elementos como la fachada, la entrada y la escalera, entre otros, por tener protección patrimonial. Él se reunirá con los compradores para personalizar, en la medida de lo posible, cada vivienda. Como ya ha ocurrido con uno de los dueños, que ha pedido ciertos cambios para tener armarios y zona de almacenaje más grande.
El interiorismo será obra de Oscar Lucien, de Masion Numéro 20. El proyecto ya cuenta con las licencias necesarias para empezar las obras, un proceso que se ha alargado debido a la protección del edificio, y está previsto que esté finalizado en el tercer trimestre de 2027.