Así, el proyecto alumbrado por los hermanos Miró-Sans está enfocado a satisfacer las necesidades de ese cliente selecto. Una intención que se percibe, sobre todo, en el interiorismo del complejo, a cargo del estudio francés Festen. “Han conseguido partir de lo que había y elevarlo. La paleta es muy sencilla; han procurado apostar por materiales locales, como la piedra de Santanyí o los suelos de terracota, inspirados en los baños árabes que se sitúan justo detrás del hotel. Y, puntualmente, han recurrido a elementos más ajenos que aportan elegancia, como el mármol”, detalla el promotor, que presta especial atención a la colaboración que han llevado a cabo con Gordiola, toda una institución de artesanía mallorquina especializada en el soplado de vidrio. “Es la tercera empresa más antigua de España y siguen haciéndolo todo a mano en la isla. Cuando los arquitectos conocieron su trabajo se quedaron prendados de su historia, así que tuvimos clara la alianza. Lo único que hicimos fue reinterpretar un poco sus diseños para que fuesen más actuales”, apunta.
Silvia Retana
Diseño, privacidad, innovación, artesanía e historia sientan las bases de este nuevo proyecto en el corazón de Palma de Mallorca. Desde la azotea del edificio se puede disfrutar de una panorámica inigualable de la ciudad, en la que los tejados de las viviendas típicas conviven con la imponente imagen de la catedral y la arquitectura de los baños árabes. Una vista tan diversa como inspiradora que refleja a la perfección la historia de un núcleo urbano lleno de contrastes.