El pasado fin de semana Bad Bunny inició su esperada e inédita residencia de 30 conciertos en el Choliseo (cariñosamente apodado el Choli) de San Juan de Puerto Rico. Se trata de un acuerdo apropiado para apoyar Debí Tirar Más Fotos, su último disco, que celebra y rinde homenaje a la música y la cultura de su tierra natal y que, sobre todo, funciona como una rotunda declaración de amor a su tierra que reivindica la importancia de preservar las tradiciones de la isla. La residencia lleva por título No Me Quiero Ir de Aquí, que hace referencia tanto al deseo del artista de quedarse en casa tras años de giras y proyectos por todo el mundo como a la idea de tener que emigrar a Estados Unidos en busca de oportunidades, como se han visto obligados a hacer tantos puertorriqueños. Las primeras 12 fechas estuvieron reservadas exclusivamente a residentes de la isla, enfatizando aún más su compromiso con sus compatriotas boricuas.
En los últimos años, apostar por el method dressing para asistir a los conciertos se ha convertido en la norma, pero en estos conciertos de Bad Bunny, la vestimenta temática está teniendo un significado más profundo, ya que el público incorpora elementos del traje nacional puertorriqueño. Muchos jóvenes acudieron vestidos de jíbaros, un término acuñado en el siglo XIX para referirse a los pobres que vivían en las montañas y trabajaban como agricultores, pero que desde entonces se ha convertido en un símbolo de la identidad nacional puertorriqueña. Para las mujeres, se traduce en faldas con volantes y blusas blancas fruncidas con hombros descubiertos, mientras que los hombres llevan camisas blancas con las mangas remangadas, pantalones blancos o caqui y un pañuelo rojo atado al cuello, todo ello rematado con una pava: un sombrero de paja con el ala volteada y sin rematar, con los flecos sobrantes a modo casi de corona. La pava fue un accesorio especialmente popular en los conciertos, ya que Bad Bunny lo ha incorporado a su estilo personal (y lo lució incluso en la Met Gala 2025 junto a su look de Prada, una pieza especial que encargó a la sombrerería puertorriqueña De León Headwear para acompañar).
Aparte de la pava, el motivo más popular fue obviamente la bandera de Puerto Rico, aplicada de arriba abajo, de sombreros, bikinis y vestidos al maquillaje. La Flor de Maga, la flor nacional de la isla, fue otro accesorio recurrente, normalmente en el pelo de las chicas. El ambiente transmitía a a la perfección un dicho popular de la isla: «Yo soy boricua, pa’ que tú lo sepas».
Gabi Pérez-Silver