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A Superman no le faltan aliados en su nueva película, pero el que ha dejado una mayor impresión ni siquiera es humano. Krypto, el superperrete de los cómics ha hecho aquí su presentación cinematográfica en acción real. Parte de su encanto es su superfuerza, su encantadora capa roja y que se porta muy, muy mal.
También en la película se deja muy claro que para Kal-El la situación es la de tener un perro de acogida. Es un detalle que parece que ha calado en los espectadores, porque apenas unos días después del estreno, el interés en adoptar un amigo canino se ha disparado, como indica el portal estadounidense Woof (vía The Wrap).
Concretamente un 513%, eso es lo mucho que ha subido la búsqueda «adoptar a un perro cerca de mí» desde el pasado viernes. La búsqueda más específica «adoptar un perro rescatado cerca de mí» ha subído un 163%, y para los que se enamoraron específicamente de la raza de Krypto, la búsqueda «adoptar un schnauzer» subió un 299%.
El amor de James Gunn por los perros es contagioso
Puede que gran parte de este interés sea culpa del propio James Gunn, además de la película en sí. Gunn compartió orgulloso la noticia en sus redes, y a lo largo de toda la promoción ha dejado bien claro que el perro ficticio fue inspirado por su perro real, Ozu, no solo en aspecto sino también en personalidad. En una entrevista bromeó con que le puso Ozu como el famoso director japonés esperando que adoptara su serena personalidad, pero acabó siendo tan caótico que debería haberlo llamado Miike (en referencia a Takashi Miike).
Este amor por Krypto empezó antes siquiera de que se estrenara la película, con una escena que eliminaron en el último momento en el que el villano le daba un buen mamporro, ya que si algo nos enseñó John Wick es que nunca hay que hacerle daño a los perros. Su presencia también aporta un tono diferencial que ha sido muy alabado en la nueva adaptación, que abraza lo camp tanto o más que la versión de Reeves y derrocha amor por los cómics originales.