«Pensé que mucha gente iba a inspirarse en la temática de este año realizando piezas siempre muy delicadas, y con encaje y transparencias», continuó Reed. «Quería que pareciera como si [el vestido] estuviera casi en plena floración durante una fracción de segundo, antes de que esta flor, como cualquier flor, empezase a decaer.»
El diseñador se inspiró en las espinas del jardín, de ahí la circunferencia de espinas que rodea a Moore: «Era muy importante mostrar estas casi espinas a su alrededor, porque muchas cosas bellas son punzantes al tacto«, reconoció.
Demi Moore for Cartier wearing Harris Reed at The Carlyle Hotel, New York May 6, 2024GregKessler/KesslerStudio
A pesar de su presencia habitual en las primeras filas de todo el mundo, Moore sólo ha asistido a la Met Gala en otras cuatro ocasiones. El primer año, en 2001, acudió como invitada de Donna Karan, con un vestido dorado de un solo hombro. No volvió a pisar las escaleras del Met hasta 2010, cuando optó de nuevo por los metálicos, con un vestido sin tirantes de color bronce con una abertura hasta el muslo.
Y en 2011, celebró la obra de Alexander McQueen con un vestido de plumas con un tocado igualmente audaz. La última vez que asistió al Met fue en 2019, del brazo de Anthony Vaccarello, de Saint Laurent, y lució un vestido de esmoquin hasta los pies con un pronunciado escote en V.