- Comenzar con una fórmula de retinol en baja concentración (de 0,01% a 0,03%).
- Usar una pequeña cantidad en cada aplicación: una dosis del tamaño de un guisante bastará.
- Emplearlo dos veces por semana durante el primer mes.
- Aumentar su uso de forma progresiva para dejar que la piel se vaya aclimatando.
A tal fin, han surgido una serie de fórmulas de liberación prolongada adecuadas para pieles propensas al enrojecimiento o las erupciones, como Retinol Skin-Renewing Daily Micro-Dose, de Kiehl’s, que puede usarse en verano y durante el embarazo. «Son muy buena opción para las personas que tengan la piel sensible –explica la dermatóloga de Nueva York Francesca Fusco–. Libera el ingrediente activo progresivamente con el fin de reducir la irritación».
Cuando te apliques el sérum de retinol, no te olvides de extenderlo también por el cuello y el escote, áreas que descuidamos habitualmente pero donde los signos de envejecimiento suelen ser muy visibles. «Si ves que estas zonas son demasiado sensibles para tu fórmula actual, añádele una gotas de una hidratante que sea rica en ceramidas para suavizarlo; o bien hazte con otro retinoide distinto que esté formulado específicamente para dichas zonas», aconseja Bowe. «Por lo general, contienen dosis más bajas de vitamina A, no llevan perfume y sí muchos activos calmantes».
Finalmente, Bowe explica que la diferencia principal entre el retinol que nos receta el dermatólogo y cualquiera de los que podemos comprar por nuestra cuenta en la farmacia es que el primero es mucho más potente y con un porcentaje mayor de retinol, por lo que puede costarnos más tiempo habituarnos.
Cuándo empezar con el retinol
En la veintena o a los 30 y pico
Los expertos coinciden en que el proceso de envejecimiento comienza a los 25 años, por lo que a partir de entonces comenzaría el momento de iniciarse en el retinol. De hecho, la treintena ha marcado durante mucho tiempo la línea de salida para incorporarlo a nuestros cuidados, pero la cosmética ya no se aplica por edades, sino por necesidades. Ya sea al detectar los primeros signos de la edad, como manchas o patas de gallo, o simplemente por el deseo de adelantarse y utilizar las nuevas tecnologías, muchas mujeres están comenzando a usarlo antes; eso sí, bajo la atenta visión de su dermatólogo.