En el podcast hablan de música, mucha música, pero también indagan en lo social y político, además de cuestiones de la vida misma. “Surgió porque a Dani y a mí nos apetecía charlar sobre sobre música, pero realmente lo que nos gusta es charlar sobre la vida. Siempre nos ha gustado debatir. Creo que lo que más nos divierte de este proyecto es eso: poder ir más allá de la música”, asegura la cocreadora. “No es obligatorio que los artistas se metan en estos temas, pero a mí me encanta conocer las reflexiones que tienen mis referentes. Creo que eso es lo que los convierte en modelos a seguir o no”, apunta Adri. Entre tema y tema, más allá de conocer sus novedades a nivel musical, permiten a los oyentes conocer un poco más del mundo interior de los artistas invitados, además de escucharles (en directo, si tienen la suerte) en un balcón de una calle tan mítica de Malasaña, como es la Calle Pez.
Que las sesiones musicales sucedan en un barrio como Malasaña, según sus creadores, es clave. “Bebe directamente de un legado cultural tremendo que hay en este barrio”, sentencia el cocreador. “Es una forma de recuperar algo que ya había, pero transformarlo, modernizarlo un poco y llevarlo a nuestro terreno”, explica. “Malasaña siempre ha sido un epicentro cultural y musical de Madrid muy chulo y lo sigue siendo, pero creo que se estaba desmitificando un poco con la llegada de la gentrificación absoluta, por el problema de vivienda y alquileres turísticos”, añade por su parte Marina. Un barrio gentrificado, en la mayoría de los casos, supone cierta pérdida de identidad y, en este en concreto, del legado musical y cultural que llevaba años arrastrando. “Mola estar haciendo esto justo aquí porque es una forma recordar los buenos tiempos de Malasaña», apunta Margallo. Además de crear nuevos proyectos que continúen preservando su esencia.
Las actuaciones son grabadas desde el balcón de enfrente, cuyo dueño desconocían hasta la puesta en marcha del proyecto. “Ignacio, nuestro vecino, es lo más. Es una persona muy social y preocupada por el barrio”, asegura Marina. “Cuando le contamos sobre el podcast y lo que nos apetecía que aportase a Malasaña, estuvo súper por la labor. De hecho, ahora somos grandes amigos. Siempre es una alegría verle y que nos cuente de primera mano cómo era el barrio antes”, cuenta. Este grupo de amigos, más allá de aportar culturalmente al barrio, están redescubriendo su pasado y legado sin necesidad de acudir a fuentes externas. “Nos ha dado mucho contexto del barrio y, entendiendo su pasado, nos ha acercado al Malasaña y Madrid de ahora”, declara.