Uno de los diseños más populares en el verano balear por su comodidad y versatilidad: los pantalones de lino de Leonor
Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera. Sinónimo de verano, de paz, de vacaciones y de ese idilio mediterráneo con el que soñamos durante todo el año y que se hace realidad en los meses estivales. La sal en la piel o la luz dorada del atardecer, el turquesa de las calas más recónditas y las tardes infinitas en las que el tiempo parece ralentizarse y darse por completo al disfrute se convierten en las protagonistas. Asimismo, aparece una pieza común cada verano y en la que la princesa Leonor ha confiado para su último look en Mallorca: los pantalones de lino blancos.
Los pantalones de lino en tonos blancos y crudo ocupan un lugar de culto en el armario estival cápsula y no hay pruebas más fehacientes que su presencia entre los estilismos de las que más saben año tras año. La princesa Leonor bien lo sabe y los combinaba con un cropped top de estilo boho avalando un año más su posición. La naturalidad, sencillez y el deseo de ligereza propios del verano mediterráneo se materializan en esta pieza. Entre sus características, la longitud larga, el corte amplio y ligeramente fluidos con una caída que solo consigue el lino y los tejidos de calidad cuando rozan la piel gracias a la brisa marina. Esta silueta sin artificios atrapa la mirada por su pureza y lejos de caer en corriente se eleva como la pieza principal y la encargada de elevar el look.
La cultura del saber vestir: el pantalón salvavidas
Hay una cierta sabiduría en quienes visten con naturalidad con ese je ne sais quoi tan difícil de explicar o lo que solemos describir como effortless. Pocas prendas encapsulan mejor esa cultura del saber vestir que el pantalón de lino blanco. Funciona como un auténtico salvavidas estético. Rescata cualquier conjunto, se adapta a cualquier cuerpo, a cualquier edad y a cualquier momento del día. Es esa clase de pieza cuya elegancia viene de fábrica, tejida en la honestidad del material y en la libertad de su forma. Lo llevan por igual quienes veranean en el campo, quienes pasean por el casco antiguo de Palma o quienes se pierden entre los muros encalados de Dalt Vila.
Lejos de las tendencias fugaces, el pantalón de lino blanco permanece, firme y sencillo, como un manifiesto de estilo sin género. Su corte fluido y su tejido noble lo convierten en una prenda unisex por naturaleza que borra fronteras y etiquetas y con la comodidad por bandera. Por eso vuelve verano tras verano, como un ritual íntimo que une generaciones, geografías y formas de habitar el calor. Porque en la cultura del saber vestir, elegir conscientemente es siempre un acierto y hay prendas que ayudan, y mucho.
