Reneé Rapp se ha ganado la fama de ser la «peor pesadilla de todo publicista» por sus atrevidas declaraciones en entrevistas. En una particularmente polémica, reconoció ser «edadista» hacia ciertas mujeres millennials que opinan sin saber. Rapp, que ha interpretado a Regina George en la adaptación teatral de ‘Mean Girls‘, desde luego parece la actriz idónea para el papel, y sus intervenciones en medios ilustran a una figura directa, atrevida y sin interés por adherirse a lo políticamente correcto.
En otras palabras, Rapp tiene una enorme personalidad que debería transmitirse en sus canciones, y en ‘Bite Me’, su segundo álbum, esta misión se cumple solo en parte.
‘Bite Me’ es el típico segundo disco de exploración, en el que la cohesión no es el objetivo. El repertorio alterna variados temas pop y baladas que reflejan un talento versátil y adaptable a todo estilo musical, aunque el material todavía es mediano y no se equipara al carisma de la artista.
Un carisma que brilla en el single principal, ‘Leave Me Alone‘, una especie de riot grrrl disney-ficado que debería haber guiado el sonido del disco. Sus guitarras rugen con fiereza, Reneé hace uso de un vocal fry fulminante y la letra llena de dardos es divertida. Quizá es demasiado pronto para encasillar a Rapp en este sonido, así que ‘Bite Me’ se rinde pronto a los medios tiempos y a las baladas, en medianías como la pianística ‘Sometimes’ o la retro ‘Why Is She Still Here?’.
Algunos números lentos muestran la gran voz de Rapp, como ‘That’s So Funny’, pero su acento de «Valley Girl» o de chica pija americana, que recuerda mucho al de la primera Kesha, es el mejor y luce en las composiciones guitarreras. ‘Kiss It Kiss It’ es un gran homenaje a ‘Stupid Girl’ de Garbage y debería ser un éxito. El crescendo pop-rock de ‘Mad’ ha servido un digno segundo single. Y ‘Shy’ se marca un estribillazo que podría haber escrito Avril Lavigne en alguno de sus dos primeros discos.
Las guitarras de ‘Good Girl’ son ya de otro tipo y apuntan al pop-rock con sintetizadores de los ochenta. Sin embargo, esta y otras pistas no acaban de sobreponerse a sus influencias. Con nombres como Omar Fedi, Ali Tamposi, Carter Lang o Caroline Ailin involucrados en ‘Bite Me’ es inevitable que las canciones del largo recuerden a las de otros artistas, pero el número disco de ‘At Least I’m Hot’ podría parecerse menos a ‘American Boy’ de Estelle. Aunque sea porque Rapp tenía 8 años cuando esa canción salió al mercado.
Después, entre composiciones correctas como ‘I Can’t Have You Around Me Anymore’, que parece una balada de Olivia Rodrigo, o la pop-punk ‘You’d Like That Wouldn’t You’, que cierra, la vulnerabilidad de Rapp es capaz de convertir piezas como la acústica ‘I Think I Like You Better When You’re Gone’ en favoritas inesperadas. Incluso en los títulos, se percibe esa actitud desafiante que la define. Ojalá esa chispa se colara más seguido en las canciones.