¿Son las apps de ligar el lugar idóneo para encontrar el amor?
Hay quien entra en Tinder como quien entra en Zara. “Solo estoy mirando”, dicen, mientras deslizan a derecha e izquierda con la ligereza con la que una se prueba un vestido sin intención de comprarlo. El problema, como bien advertía el sociólogo Zygmunt Bauman en su teoría de la modernidad líquida, es que esa misma volatilidad ha impregnado los vínculos afectivos. Nos hemos convertido en consumidores emocionales.
Y, sin embargo, hay quienes aún creen en el amor con todas sus letras y no sólo creen: lo quieren y lo dan. Con tiempo, con presencia, con verdad. ¿Tiene sentido buscarlo en una app? ¿Es ingenuo pretender que entre tanto ghosting y tanto match fantasma haya un alma compatible? Spoiler: no es tan descabellado como parece. Pero requiere algo más que una buena foto de perfil y frases ingeniosas.
Las redes, la tecnología y las apps han transformado nuestros vínculos
Las apps de ligar han transformado radicalmente el modo en que iniciamos vínculos. Según un estudio publicado por Socius: Sociological Research for a Dynamic World (2021), más del 50% de las parejas heterosexuales que se conocieron entre 2015 y 2020 lo hicieron online. En concreto, Tinder, Bumble o Hinge han dejado de ser lugares “de ligoteo” para convertirse en escenarios donde puede surgir algo real. Lo confirma la doctora en Psicología Marina González Gómez: “El prejuicio ha cambiado. Antes se decía: ‘nos conocimos en Tinder’ con vergüenza. Hoy es lo más normal. Lo importante no es la plataforma, sino la disposición emocional con la que entras en ella.”
El auge de estas plataformas coincide con un cambio generacional profundo: ya no se conoce gente “por casualidad” en bares ni se liga en la panadería. Estamos más conectados que nunca, pero paradójicamente más aislados. Las apps, bien usadas, pueden ser una herramienta para reducir esa brecha emocional. Pero mal gestionadas, nos hunden en una espiral de frustración.
El problema de entrar en un ‘catálogo de personas’
“Hiperoferta amorosa, idealización acelerada y cultura del descarte”. Así resume la psicóloga y sexóloga Marta Martínez Novoa lo que ocurre en muchas de estas plataformas. “Hay una especie de ilusión de abundancia. Como si siempre hubiera alguien mejor a un clic. Y eso genera insatisfacción crónica y dificultad para comprometerse, o el famoso FOMO (fear of missing out o, lo que es en español: miedo a perderse algo)”.
Leer más
Cuando la inteligencia artificial escucha más que tu ex, consuela más que tu terapeuta y nunca se va de tu lado, algo está pasando. ¿Estamos sustituyendo los vínculos reales por simulacros afectivos digitales?
A esto hay que sumar fenómenos como el ghosting (desaparecer sin explicación), el breadcrumbing (dejar miguitas de atención para que el otro no se aleje del todo) o el orbiting (seguir a alguien en redes sociales después de desaparecer en lo emocional), que generan un malestar emocional enorme. Según el estudio de Navarro-Carrillo publicado en Journal of Social and Personal Relationships, las víctimas de ghosting presentan niveles elevados de ansiedad de apego y síntomas depresivos. Y es aquí donde entra la gran pregunta: ¿se puede buscar una relación estable en un sistema diseñado para la hiperestimulación?
Es posible encontrar el amor en las apps, si sabes cómo
La respuesta es sí, pero exige autoconocimiento. No puedes buscar algo profundo si no sabes lo que necesitas. “El primer paso no es buscar al otro, sino entender cómo me vinculo yo”, dice el psicólogo Luis Miguel Real. Si tiendes al apego ansioso, te engancharás más fácilmente a personas que no te dan lo que necesitas. Si eres evitativo, rechazarás todo lo que implique compromiso real. Por eso, muchas personas están empezando a usar apps con una mirada más consciente. Lo confirma un informe de Bumble de 2024: más del 37% de sus usuarios aseguran haber empezado terapia o procesos de autoconocimiento para mejorar su manera de relacionarse.
Además, surgen alternativas pensadas para quienes buscan algo serio. Apps como Hinge (“diseñada para ser borrada”) o OkCupid, que utiliza tests de personalidad más profundos, están ganando peso frente a plataformas más visuales y superficiales. Pero estas apps sólo son un medio, una herramienta, lo importante es cómo se usan. Puede haber gente con intereses maravillosos y buscando una relación estable en Tinder y otro en Hinge haciéndose pasar por otra persona o simplemente alimentando su ego.
¿Y cómo no quemarse en el intento?
Lo primero que es necesario es tener claro tu propósito, es importante no buscar llenar vacíos ni distraerte, sino buscar desde la plenitud. Tampoco adaptarte para buscar, sino ser auténtico desde el minuto uno, ya que la conexión real nace desde la autenticidad. Es básico conocerse a uno mismo primero y evitar el consumo rápido y dar tiempo a que las cosas ocurran, ser paciente, como en la vida real con tu gente. Y, algo fundamental: hablar claro, aunque el otro se asuste. Si se busca algo serio o estable y el otro también, no habrá problema y, si los hay: no es la persona que buscas.