Ver a Penélope de ‘Los Bridgerton’ ser adorada y deseada me parece monumental

Por qué ver a Penélope como la heroína romántica de Los Bridgerton es la valiosa representación que estábamos necesitando

Estoy gorda. Mi marido no. Es de un atractivo convencional y extremadamente atlético (hace poco corrió 68 km, solo por gusto). No digo con esto que las personas gordas no puedan ser atléticas, por supuesto, pero yo no lo soy: somos polos opuestos. Como muchas mujeres gordas (como muchas mujeres y punto), he tenido una relación complicada y no siempre sana con mi cuerpo a lo largo de los años, pero hoy en día estoy bastante bien. He trabajado duro para superar los prejuicios gordófobos que aprendí creciendo en los años noventa, y ahora soy capaz de amar y apreciar mi cuerpo por todas las cosas increíbles que me ayuda a hacer: criar a mi hija, moverme, comer, reír, respirar, escribir estas palabras. Mi marido no tiene una relación complicada con mi cuerpo; simplemente piensa que es maravilloso y nunca ha ocultado cuánto me desea. A pesar de ello, a veces me siento cohibida cuando conocemos a gente nueva como pareja, y aún más cuando me presenta a amistades que él conoce de sus diversas actividades al aire libre. Aunque estoy orgullosa y segura de cómo soy, sigo convenciéndome de que no soy lo que esperan, me digo que supondrán que soy una chica ágil enfundada de licra y que, cuando descubran cómo soy en realidad, seguro que alucinan. Básicamente, me preocupa que crean que no pegamos ni con cola.

Racionalmente, sé que no es así, pero me cuesta creerlo cuando rara vez veo en los medios de comunicación a otras parejas que se parezcan a nosotros. Por eso ha sido tan emocionante ver cómo se desarrolla el romance entre Pen (Nicola Coughlan) y Colin (Luke Newton) en la tercera temporada de Los Bridgerton. Pen es una escritora bastante torpe a la hora de socializar a quien le encantan los libros, el cotilleo y quedarse en casa, así que me fue muy fácil identificarme con ella en general. Pero el hecho de que, como yo, habite un cuerpo que es ligeramente más grande de lo que se suele permitir en pantalla me parece especialmente valioso. Sí, me doy cuenta de que en todos los demás aspectos es bellísima, y sí, también me doy cuenta de que en realidad su cuerpo se desvía muy poco de la norma esperada, dentro de una perspectiva mucho más amplia. Pero que este monstruo internacional de la televisión la coloque como heroína romántica frente al alto, moreno y guapísimo Colin que encarna Newton, me parece francamente innovador.

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