La versatilidad de Zoë Kravitz queda más que demostrada con este look
La gira promocional de Bala perdida, del director Darren Aronofsky, acaba de dar el pistoletazo de salida, y con ella ha comenzado un auténtico despliegue de estilismos por parte de su protagonista, Zoë Kravitz. Lo mismo aparece unos días atrás en el programa Late Night with Seth Meyers reinterpretando la sastrería y dándole un giro dosmilero, que acude hoy al estreno de dicha cinta en Londres con un look romántico, ligero y perfecto para el verano. Una dualidad que confirma lo que ya sospechábamos: la versatilidad de la actriz en el terreno de la moda parece no tener límites.
Aunque el calendario anuncie que el otoño está a la vuelta de la esquina, Kravitz quiere devolvernos al todavía cálido presente y recordarnos que siempre hay espacio para el vestido estival perfecto. Asimismo, demostró nuevamente su capacidad para moverse de manera natural entre estilos aparentemente dispares, pasando sin esfuerzo del casual más urbano al romanticismo bohemio.
La actriz recurrió en este primer estreno oficial en la capital británica a un vestido de color amarillo mantequilla, con mangas sutilmente abullonadas, escote en V y delicados volantes en los hombros. Este se adornaba además con un forro de encaje con delicado estampado floral y poseía una falda midi que dejaba ver su inusual elección de calzado: unas bailarinas negras y planas de The Row (con detalle de lazo) que se ajustaban a la necesidad actual de primar la comodidad por encima de todo. No le faltaron tampoco unas gafas ovaladas de su firma fetiche, Saint Laurent, para completar el conjunto.
Mike Marsland