Un alimento saciante con múltiples beneficios
La zanahoria tiene múltiples versiones (es ideal para snacks, purés, batidos, como acompañamiento…), pero también es una hortaliza que brinda numerosos beneficios para nuestra salud y bienestar en general. Y, sí, estos van más allá del famoso mito (confirmado) sobre los efectos que genera sobre el color de nuestra piel y a la hora de acentuar el moreno que tan bien sienta en verano. “Tiene muchos nutrientes que son buenos tanto para la piel como para otras zonas del cuerpo”, nos asegura la Dra. María José Crispín, médico nutricionista de Clínica Menorca.
Zanahoria: una gran fuente de fibra
Una propiedad que destaca de esta verduras es su bajo aporte en calorías y, por tanto, su recomendación para incluirla en dietas o como snack en cualquier momento del día porque es un alimento muy saciante. «Contiene fibra y, sobre todo pectina, una fibra soluble que aumenta la saciedad y contribuye a mantener correctos los niveles de colesterol y evitar la diabetes», nos cuenta la doctora. También nos revela qué es lo que diferencia a la zanahoria de otras hortalizas: “Tiene un poco más de hidratos de carbono que otros vegetales y, gracias a la fibra, se convierte en muy saciante”.
Otros nutrientes estrella de la zanahoria
Hablar de la zanahoria implica también hablar del betacaroteno y de todas las bondades que derivan de este nutriente. “El betacaroteno es precursor de la vitamina A, del retinol, y es bueno para la piel porque facilita su regeneración y la formación de colágeno”, explica la doctora. “También ayuda a mantener la visión con los años, además de contribuir a que el sistema inmune funcione correctamente y contener una acción antioxidante, es decir, este nutriente contribuye a disminuir el riesgo de enfermedades degenerativas, cáncer y vasculares”.
Otra vitamina que contiene la zanahoria y que favorece también a esa acción antioxidante derivada del betacaroteno es la Vitamina E, pero también contiene otras como la vitamina B3 o la niacina que, según nos explica Crispín, ayudan a contribuir al funcionamiento de la piel, pero también al sistema nervioso y “a que la energía de nuestras células sea la correcta”.
El ácido fólico es otro de los componentes de esta verdura, una vitamina B “necesaria para evitar ciertas anemias, para evitar la espina bífida en los fetos y para disminuir el riesgo cardiovascular”, añade la médico nutricionista.
¿Cómo tomar la zanahoria?
Para no perder los aportes saludables de la zanahoria, la doctora destaca que no importa si las tomamos crudas o cocidas: “Son saludables de ambas formas”. Y es que el betacaroteno es resistente a la cocción por lo que van a continuar siendo una buena fuente de este nutriente. “Sin embargo, en cuanto al resto de vitaminas, la B3 se altera por la cocción”, advierte. Por esta razón, se recomienda no cocinarlas demasiado.
Eso sí, al comerlas crudas, la doctora nos recomienda lavarlas y, sobre todo, no pelarlas, sino rasparlas porque “donde tienen mayor contenido vitamínico es en su piel”, explica. «Es recomendable que tras lavarlas, rasparlas y rallarlas, o como las vayamos a comer, lo hagamos lo
antes posible porque se oxidan muy rápidamente y entonces alteran sus nutrientes».