El despertador de toda la vida vuelve a nuestras mesitas de noche
“Estoy de detox. Tipo, ya no duermo con el móvil en la habitación. Me he comprado un despertador de toda la vida”. Así fue como Úrsula Corberó sorprendió a todos durante su paso por el pódcast La Pija y la Quinqui hace unos meses. Una frase que no tardó en hacerse viral, llenar titulares y, sobre todo, hacernos reflexionar. Porque, seamos honestos: ¿quién, en pleno 2025, usa un despertador analógico para despertarse? Y sin embargo, en una era marcada por la velocidad, la hiperconectividad y la incertidumbre constante, el descanso se ha convertido en un auténtico lujo. Con esta premisa, lo que decía Úrsula ya no suena tan descabellado. Piensa por un momento: ¿cuándo fue la última vez que apagaste el móvil antes de dormir de forma consciente? Y una pregunta aún más radical: ¿cuándo fue la última vez que dormiste sin el teléfono en la mesilla?
Nuestros smartphones se han convertido en una extensión de nosotros mismos. Nos acompañan desde que abrimos los ojos por la mañana, durante el entrenamiento, en el trabajo y, cómo no, también cuando nos metemos en la cama. Esos “cinco minutos más en TikTok y me duermo” se convierten fácilmente en dos horas de scroll ininterrumpido, llenando la mente de estímulos que solo complican el descanso. En este contexto, recuperar el gesto —casi olvidado— de usar un despertador analógico puede ser más transformador de lo que parece. Un pequeño cambio que rompe con la dependencia nocturna del móvil y nos ayuda a dormir mejor. A continuación, exploramos por qué este objeto “prehistórico” podría ser tu nuevo aliado para dejar de contar ovejitas y, por fin, descansar de verdad.
¿Qué significa dormir con el móvil cerca?
Dormir con el teléfono en la mesilla puede parecer inofensivo, pero, según explica el Dr. Francisco Mira, Especialista en la Unidad Cognitiva y Neurológica de ZEM Wellness Clinic Altea, su mera presencia ya condiciona la calidad de nuestro descanso. No se trata tanto de los campos electromagnéticos —para los que la evidencia científica sigue siendo limitada y poco concluyente—, sino de dos factores mucho más claros. El primero es la luz de la pantalla: “Consultar el teléfono en la cama o en la hora previa al sueño reduce la producción natural de melatonina, la hormona que nos prepara para dormir, retrasando el inicio del sueño y restándole profundidad reparadora”, explica.
El segundo, igual de determinante, son las notificaciones y la predisposición constante a revisarlas: tenerlo al alcance de la mano aumenta la tentación de usarlo y cualquier vibración o alerta interrumpe los ciclos de descanso. La consecuencia, según la investigación científica, es evidente: menos horas de sueño y una peor calidad de este. Lo que parece una simple costumbre se traduce, en realidad, en un descanso más corto y menos reparador.
Nos afecta más de lo que creemos
La solución parece sencilla, pero requiere decisión: sacar el móvil del dormitorio. Tal y como señala el Dr. Mira, este gesto elimina la tentación de consultarlo y favorece una auténtica “dieta de pantallas” antes de dormir. El resultado es inmediato: conciliar el sueño se vuelve más fácil, el descanso se prolonga y la energía al despertar aumenta. Si nos es imposible abandonar nuestro teléfono en otra habitación, el Dr. Mira señala un mínimo a cumplir para mejorar algo más nuestra calidad del sueño: “Activarlo en modo avión o “no molestar”, dejarlo boca abajo sin vibración y, sobre todo, evitar su uso en la hora previa al acostarse. Un matiz relevante sería activar el filtro de luz azul —el conocido “Night Shift”— puede ser de cierta ayuda, pero no resuelve el problema de fondo. Lo verdaderamente importante es no mirar la pantalla antes de dormir”.
La última tecnología en despertadores
“¿Este pequeño reloj? Brilla como un reconfortante abrazo del sol”, leí en uno de los centenares de reseñas que el despertador de moda posee en Amazon, porque sí, la última tecnología también ha llegado para ellos. Despertarse con una alarma estremecedora que nos produce un mini ataque está pasado de moda. ¿Cuáles son estos despertadores? Los llamados sunrise alarms o despertadores del amanecer. Como su nombre indica, estos relojes te despiertan de manera gradual con una luz que simula la del amanecer. Además, permiten elegir sonidos suaves, como el murmullo de un arroyo, el canto de los pájaros o incluso ritmos lo-fi, ajustándose al gusto de cada uno. Algunos incluso pueden configurarse sin necesidad del móvil, un gesto sencillo que refuerza esa dieta de pantallas que tanto necesitamos antes de dormir.
Jade Wu, psicóloga especializada en medicina del sueño, declaró para el medio Allure que “incluso cuando una persona está dormida con los ojos cerrados, alrededor del 10 % de la luz del entorno penetra a través de los párpados e indica al cerebro que pronto será hora de despertar”. En otras palabras: un reloj que acompaña tu descanso, puede ayudar a regular tu ritmo circadiano y transforma la forma en que abres los ojos cada mañana. Con la vuelta a la rutina asomándose por la esquina, este próximo septiembre puede ser el momento perfecto para resetear tus hábitos nocturnos: dejar el móvil fuera de la habitación y apostar por un despertador analógico. Al final, Úrsula no iba tan desencaminada.
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