Tras diez años, Cecilia y Gerardo han crecido juntos y han paseado su amor por diferentes ciudades. Y fue una decisión espontánea en un verano lo que les llevó a acabar pasando por el altar. “Queríamos separar la ceremonia civil de la celebración, así que nos casamos en abril, nos fuimos de luna de miel a la India e hicimos la fiesta en agosto”, dice la pareja.
El encuentro entre el arte minimalista y la belleza de la India
Como bien cuentan los novios, el mes de agosto fue el elegido para celebrar su romance con todos sus seres queridos. El escenario escogido para albergar el evento fue la bodega A Reboraina, en el Concello de Redondela, Pontevedra. Este rincón de las Rías Baixas hizo que los sueños de Cecilia y Gerardo de celebrar una boda al aire libre se cumplieran.
“Queríamos algo sencillo, desenfadado, con muchos elementos que representasen nuestra personalidad y recogiesen algunas de nuestras experiencias juntos. La idea principal y el concepto de fiesta la cogimos de Nocturne en Fondation Beyeler, durante Art Basel. Queríamos diferentes zonas, que todo el mundo hablase con todo el mundo y se moviese con libertad. No nos interesaba que hubiese unas zonas más protagonistas que otras y queríamos que todo quedase homogéneo en la medida de lo posible, aunque la mesa de debajo del magnolio destacó por encima de lo demás”, cuenta la pareja. En cuanto a la temática de la boda, hubo varios elementos clave que mostraban cuál era la inspiración. “Para todo el mobiliario teníamos de referencia la idea de las cajas en los muebles de Donald Judd, minimalista y sin ornamentos”, dicen.
Same Time Next Year