Michael Mann es uno de esos directores que nunca se conforman con medias tintas: visionario del cine policial y maestro en retratar la tensión entre cazador y presa, Mann es el responsable de transformar lo que fue un simple telefilme casi olvidado en una de las películas más celebradas del cine moderno, lo curioso es que, para llegar a esa obra maestra, tuvo que rodar dos veces la misma historia, y solo gracias al éxito que obtuvo con ‘El último mohicano‘ pudo financiar y ejecutar la versión definitiva.
Michael Mann puede presumir de tener la suerte (y el talento) de poder hacer dos veces la misma película: primero hizo un telefilme llamado ‘L.A. Takedown‘ en 1989, que no tuvo mucho impacto. Luego, gracias a triunfar con ‘El último mohicano’ que recaudó unos 143 millones con un presupuesto de 40 millones, Mann consiguió total libertad para hacer lo que se le antojara, y entonces decidió rehacer ese proyecto que la NBC mutiló sin piedad.
En 1979, Mann ya había escrito un guion sobre policías y ladrones inspirado en un caso real que vivió el detective Chuck Adamson en Chicago. Ese guion lo transformó en un telefilme de 90 minutos titulado ‘L.A. Takedown’ que propuso como una serie de televisión, sin embargo, la NBC cortó tantas tramas secundarias que fue directamente a la tele en 1989 y pasó bastante desapercibida.
Al no tener los medios para llevar a cabo su visión completa, Mann desechó alrededor de 110 páginas del guion original de 180 para que encajara en ese formato televisivo. El resultado fue una historia simplificada, con menos profundidad, menos subtramas y personajes menos desarrollados.
El tropiezo que lo llevó a algo mejor
A pesar de la experiencia, ese telefilme fue una especie de ensayo perfecto: Mann aprendió lo que funcionaba y lo que no, midió tiempos narrativos, ritmo, tensión, y eso lo llevó a planear la película que quería hacer en realidad. Como dijo él mismo, el piloto no era la versión final, sino un primer borrador visual que luego revisaría como una pieza musical de casi tres horas.
Cuando llegó el éxito económico de su película (que ganó el Óscar a mejor sonido en 1992) Michael Mann ya tenía la financiación y tiempo suficiente (casi cuatro meses de rodaje) para por fin rodar un gran título de acción tal cual lo había soñado: fue así como ‘Heat’ comenzó a tomar forma.
El resultado fue una película épica, compleja y emocionalmente poderosa, con un reparto impresionante que sumaba nombres como el de Al Pacino, Robert De Niro, Val Kilmer, entre otros; y varias líneas argumentales entrelazadas que le dieron una profundidad y ambición impensables en el telefilme original.
Como dijo Mann: comparar ‘L.A. Takedown’ con ‘Heat’ es como comparar el café instantáneo con el arábica jamaicano: «Una es funcional, la otra es una experiencia».
Foto de IMDB