Infidelidad emocional: sentir que ya no eres el lugar seguro del otro
Cuando hablamos de infidelidad, de inmediato pensamos en el contacto físico, donde las noches furtivas en un hotel y esa atracción irrefrenable, pueden hacer que cualquier relación vuele por los aires. Sin embargo, existe otro tipo de traición, una que puede llegar a ser devastadora. Hablamos de la infidelidad emocional, esa a la que la psicóloga experta en relaciones, Andrea Vicente, se refiere como aquella que implica una apertura de un espacio íntimo con otra persona fuera del vínculo de pareja, donde se comparten emociones, confidencias, apoyo, tiempo y, sobre todo, conexión.
Es ese punto en el que alguien comienza a reservar lo más vulnerable de sí —sus miedos, sus ilusiones, sus enfados, sus secretos— para otro que no es su pareja. “Lo que hiere no es sólo el acto, sino el desplazamiento emocional: sentir que ya no eres el lugar seguro del otro”. Vicente piensa que las redes sociales han acentuado mucho esta forma de infidelidad, ya que permiten establecer esos vínculos íntimos sin salir de casa, sin que nadie lo vea, sin que haya evidencia, aunque asegura que la implicación emocional que se genera puede ser incluso mayor.
En este terreno difuso, lo único que puede dar seguridad es que ambos pacten dónde empieza y termina la confianza. Que se establezcan límites como símbolo de madurez afectiva. “Para algunas personas, seguir a una expareja por redes es algo neutro. Para otras, es una falta de respeto. No hay una norma universal, hay acuerdos explícitos que deben ser construidos”. Propone que este tipo de conversaciones se tengan en etapas tempranas, pero que se revisen los acuerdos a lo largo de la relación, porque los vínculos evolucionan. “Hablar de límites no es hablar de control, es hablar de cuidado. Cuidado por uno mismo y por el otro. Y es una forma muy clara de prevenir situaciones de daño que muchas veces surgen más por falta de diálogo que por mala intención”.
El dolor de una infidelidad emocional
Aunque algunos no asocien ese tonteo y la intimidad emocional con una infidelidad y, por tanto, no son capaces de ver el daño infligido a la otra persona, la experta explica que existen investigaciones en el campo de la psicología relacional que avalan lo contrario. “El dolor que produce una infidelidad emocional está asociado con la ruptura de la confianza y la seguridad afectiva, que son el corazón de cualquier vínculo amoroso”.
De hecho, indica que diversos estudios han demostrado que muchas personas consideran la infidelidad emocional más insoportable que la física, especialmente las mujeres. “Hay una razón evolutiva y también relacional para esto: cuando alguien invierte emocionalmente en otra persona, no sólo está ocultando, sino retirando energía del vínculo principal. Es una traición al pacto de intimidad”. Comparte que en consulta ha visto parejas que han logrado perdonar un desliz físico, pero que no han podido sanar una infidelidad emocional sostenida en el tiempo. “Porque lo que se rompe ahí no es el cuerpo, es el lugar emocional que ocupabas en la vida del otro”.
Quienes se enfrentan a este tipo de situaciones, intenta encontrar una justificación que les ayuden a entender lo sucedido. Andrea Vicente señala que aunque no existe una única causa, sí que detecta un patrón que se repite: la búsqueda de algo que se siente carente. “Puede ser reconocimiento, validación, escucha, novedad, deseo o conexión. A veces lo que falla es la relación, pero muchas veces lo que falla es la persona que engaña, que no ha sabido poner límites ni asumir su malestar, y en vez de enfrentarlo, lo ha desviado”.