Sophie Ellis-Bextor es uno de los grandes valores de la música dance-pop desde que, a principios de siglo, se diera a conocer con ‘Groovejet (If This Ain’t Love)’ y después con el megahit ‘Murder On the Dancefloor‘ y otros éxitos como ‘Get Over You’ o ‘Me and My Imagination’, igualmente reivindicables y que también merecieron viralizarse dos décadas después, como ocurrió con «Murder» a raíz de su memorable aparición en la película ‘Saltburn‘ (2023).
Tras un periplo de pop de tintes folk y barrocos que duró tres discos, los interesantes ‘Wanderlust‘ (2014), ‘Familia‘ (2016) y ‘Hana‘ (2023), Ellis-Bextor ha aprovechado el resurgimiento de ‘Murder On the Dancefloor’ para volver a la pista de baile. En su nuevo álbum, ‘Perimenopop’, Ellis-Bextor suena como pez en el agua, a la vez que reivindica su lugar en el pop como mujer madura.
Con ‘Perimenopop’ celebras que eres, en tus palabras, “una mujer de 46 años haciendo música pop”. En algún momento creíste que esto no era compatible. ¿Te ha afectado el edadismo a lo largo de tu carrera?
Cuando empecé en la música pensaba que el pop era algo que solo hacías cuando eras joven. La primera vez que me hicieron sentir que era mayor en la industria no tenía ni 30 años. Nunca fue algo explícito, pero algo en el ambiente me decía que solo podía seguir haciendo música pop si parecía joven, y aun así iba a ser complicado.
Especialmente si eres mujer…
Siendo justa, el pop a menudo se alimenta de cosas nuevas, y los artistas más nuevos e irresistibles suelen ser jóvenes; reconozco esa realidad. Pero yo decidí cambiar de aires: hice mi cuarto disco, ‘Make a Scene‘ (2011), cuando tenía 29-30 y luego empecé con otro tipo de discos: un álbum folk llamado ‘Wanderlust’, después ‘Familia’ y ‘Hana’. Después, a medida que iba cumpliendo años, empecé a darme cuenta de que no hacía falta ser joven para seguir haciendo pop.
«Algo en el ambiente me decía que solo podía seguir haciendo música pop si parecía joven, y aun así iba a ser complicado»
¿Tu trilogía de discos folk fue una respuesta a la idea de que no “debías” hacer pop?
No de manera consciente. Esos discos nacieron de una necesidad creativa. Disfruté haciendo ‘Make a Scene’, luego dejé Universal, y tuve la sensación de que me estaba empezando a acomodar. No me apetecía hacer algo predecible y seguro. Hice ‘Wanderlust’ de manera independiente, lo financié yo misma. Necesitaba hacer algo distinto. Sabía, con los tres discos que escribí junto a Ed Harcourt, que serían tres y ya. Y después, de manera natural, decidí volver a hacer un álbum pop. Gracias a lo que pasó con ‘Murder on the Dancefloor’ he podido compartir el estudio con gente brillante y ha sido un proceso muy divertido.
MNEK y Shura están entre esas personas. ¿Qué significa para ti colaborar con artistas jóvenes siendo ya una veterana en la industria?
Es maravilloso componer con otros cantantes, porque saben qué relación necesito tener con las canciones para poder cantarlas y disfrutarlas. Me gusta colaborar con gente que escribe toplines, pero si no son también cantantes, a veces no escriben la canción más apropiada para ti. Con cantantes, es más fácil.
De las canciones que aún no se han lanzado, ¿cuál destacarías?
Es difícil porque todas son como juguetes nuevos. Hay una canción llamada ‘Hard Sing’ que me encanta porque tiene esa melancolía, y yo soy muy sensible a esa emoción. Estoy orgullosa de ‘Diamond in the Dark’, porque la ha escrito con Ed Harcourt y Nile Rodgers, que son increíblemente talentosos. Es una canción que une las dos facetas de mi carrera.
«El renacer de ‘Murder on the Dancefloor’ me puso la adrenalina por las nubes y el disco debía reflejar eso»
Esta vez no hay realmente una balada.
Era como me sentía. ‘Hana’ era introvertido, tenía mucho espacio y canciones que tendían a la balada, incluso con tintes psicodélicos en algunos momentos. Esta vez necesitaba hacer algo que tuviera mucha energía, porque yo me sentía así. El renacer de ‘Murder on the Dancefloor’ me puso la adrenalina por las nubes y el disco debía reflejar eso. El año pasado hice más de 110 conciertos y dormí muy poco: básicamente funcionaba a base de adrenalina. Este álbum lo hicimos en unas seis semanas, que es un tiempo muy corto. Sentí todo el tiempo un aire brillante y lleno de energía.
El álbum suena muy luminoso y bailable, pero también relajado, como si estuvieras muy en tu onda.
No estaba intentando demostrar nada a nadie, esto era lo que tenía ganas de hacer, y lo hice.
¿Te molestó que la canción que volvió a resurgir fuera ‘Murder on the Dancefloor’, y no otras que también son muy buenas?
En realidad fue absolutamente perfecto. Esa canción se lanzó al comienzo de mi carrera, cuando conocí a gente con la que sigo trabajando; para mí fue cerrar un círculo. «Murder» siempre ha sido especial: yo venía de ‘Groovejet’, una canción que me cambió la vida, pero sentía que como artista se me trataba con cierto desprecio, simplemente por ser la cantante de una canción dance. «Murder» demostró que yo era capaz de lanzar un éxito propio y una canción que me identificara.
El videoclip de ‘Freedom of the Night‘ es genial, yo lo tenía en bucle cuando salió. ¿Costó dar con la tecla de ese sentido del humor retorcido que transmite el vídeo?
No realmente, el humor me acompaña siempre, me gusta hacerme reír a mí misma. El vídeo lo he hecho con la misma directora de ‘Murder On the Dancefloor’, Sophie Muller, con la que he hecho entre 17 y 18 vídeos; nos entendemos muy bien. Con ‘Freedom of the Night’ pensamos que sería bonito hacer una referencia a «Murder», pero con la protagonista ahora siendo madre. Es una manera de decir que no estoy intentando ser simplemente una versión más joven de mí misma.
«Cada vez que escribo en español, siento que viene de un lugar de nostalgia, de reflexión e intimidad»
Perimenopop, Motomami, Euxesua, Tropicoqueta… ¿qué tienen las palabras inventadas que funcionan tan bien como títulos de álbum?
No lo pensé de esa manera. Para mí, cuando empecé en la música no era muy atrevida compartiendo ideas, así que tener un título un poco más osado para mí es divertido. Además, introduce muchos elementos en la conversación. Y cuando es una palabra única, estás uniendo dos cosas: habla de mi relación con mi trabajo y con lo que hago. Con el título estoy siendo egoísta: sabía lo que necesitaba y el título lo dice todo. Celebra esta etapa de mi vida y me hace sentir que es totalmente válido hacer lo que hago a la edad que tengo.
Este año has dado los votos de Reino Unido en Eurovisión, ¿te ves participando como artista?
Podría escribir para concursantes, pero no representaría al país, estaría muy nerviosa y, además, El Reino Unido no tiene un buen historial en el certamen. Pero escribir una canción, eso sí podría hacerlo.