Alex ConsaniAcielle StyleDuMonde
La reputación de Demna como agitador nato de la moda quedó sellada con su salva inicial en la reinvención de Gucci. El lookbook de ayer lo demostró: en menos de 24 horas, había sido diseccionado, psicoanalizado y desmenuzado con obsesión forense. La Famiglia (como ha sido bautizado el lookbook) es un mordaz desfile de arquetipos italianos, desde el glamour provinciano de «La Bomba» hasta la respetabilidad pequeño-burguesa de «La Sciura», pasando por «La Milanesa», envuelta en interminables metros de visón pre-PETA. Pero no era más que el aperitivo, un astuto preludio del verdadero plato fuerte de la noche: la proyección de The Tiger, un cortometraje entregado a la imaginación surrealista del oscarizado director Spike Jonze y de Halina Reijn, de Babygirl, protagonizado por Demi Moore, Edward Norton, Ed Harris, Keke Palmer y Elliot Page, entre otros. Nada de un reparto de debutantes, sino de estrellas consagradas.
La proyección tuvo lugar en una sala de cine vestida de terciopelo marrón que susurraba “sí, soy suntuosa y cara”. Demna presidió el evento junto a François-Henri Pinault, el nuevo CEO de Kering, Luca De Meo, y la recién coronada CEO de Gucci, Francesca Bellettini, además de una fila repleta de celebridades entre las que se encontraban Gwyneth Paltrow y Serena Williams. Cuando se le preguntó con cuál de los personajes del lookbook se identificaba más, Demna respondió: “Il Ragazzo. Pero, por favor, no Il Ragazzo della Porta Accanto (El vecino de al lado). Y por supuesto no Il Figo (El Guay). Eso se me queda grande”.
Le guste o no, Demna es el más guay de Milán ahora misma. Dice que le gustó Spike Jonze para el trabajo porque «admiro su obra desde hace mucho tiempo, desde que vi Adaptation. Y Her es probablemente una de mis películas favoritas, conceptualmente. Y además quería trabajar con alguien que pudiera aportar una fuerte cariz artístico. Así que no es un anuncio, tiene profundidad y un punto de vista muy artístico«. Y añadió: «Es una película que tiene un mensaje muy importante y profundo».
Siguió una cena en Casa Cipriani, que alberga una fabulosa terraza con amplias vistas de Milán. Demi Moore deslumbró con un sinuoso vestido de sirena repleto de cristales dorados (look 37, La Mecenate, un guiño tanto a la rica mecenas que regaba de oro a sus protegidos como a la dirección milanesa de la sede de Kering, a su vez una moderna fuente de riqueza para sus diseñadores). Comentó que «la película entrelaza la moda y el cine de una manera muy interesante». Luego, sonriendo, confesó que no podía dejar de pensar en la curiosa coincidencia de que su propio nombre, Demi, recordase un poco a Demna, más cuando en la película encarna a una diseñadora de moda.