Por primera vez en siete años, Mariah Carey celebrará la Navidad con un nuevo disco en el mercado. Curiosamente, ‘Here for it All’ parece pensado para ser consumido durante esta época, dado su estilo clásico. ‘Caution‘ (2018), el anterior LP de Carey, contenía producciones de Skrillex, Timbaland y un sample de Porter Robinson. ‘Here for it All’, por su parte, propone colaboraciones con las Clark Sisters y una bonita versión de ‘My Love’ de Wings. Es todo lo que ‘Caution’ no era.
Es bienvenido escuchar a Carey en este tipo de sonidos. ‘Play This Song’ con Anderson .Paak, el nuevo single, es puro soul exuberante, romántico y 100% Carey en su componente metamusical («play this song» se refiere a esta misma canción). ‘Here for it All’, el baladón final, es la lección de gimnasia vocal esperada. Aunque el deterioro de la voz de Carey es evidente en el disco, esta balada sabe a triunfo.
Un artista veterano no tiene por qué ocultar en un disco el envejecimiento de su voz. Este tipo de álbumes me parecen especiales, aunque pueden ser mejores (Björk, Tony Bennett) o peores (Aretha Franklin, Elton John). Hay momentos incómodos en ‘Here for it All’, como lo forzadas que suenan las notas altas en ‘In Your Feelings’, otra de las pistas soul. ‘Confetti & Champagne’, en un estilo de nocturno R&B, se habría beneficiado de una toma vocal menos rasposa.
Pero la manera en que Carey expone su voz en el disco sin filtros la honra. Curiosamente, esto hace que el álbum sea más agradable de escuchar, mientras que el continuado ejercicio de airbrushing vocal de ‘Me… I Am Mariah. The Elusive Chanteuse‘ (2014), a lo largo de casi una veintena de pistas, era prácticamente indigerible.
El material de ‘Here for it All’ no es tan sólido como el de los discos que Carey ha publicado durante el presente siglo, pero sí es refrescante su apuesta por los estilos más orgánicos no solo del soul sino también de la música disco: ‘Jesus I Do’ con las Clark Sisters es puro buen rollo. Aunque en alguna balada patina: ‘Nothing is Impossible’ parece una ordinaria aspirante al Óscar. Es aquí donde parece imponerse la Mariah generalista (la de ‘Hero’ y ‘Without You’) por delante de la exquisita productora y curadora que ha sido durante los últimos 20 años.
Ni siquiera cuando ese buen gusto hace amagos de aparecer en ‘Here for it All’, las canciones brillan como antes. ‘Type Dangerous’, el primer single, es un verboso pero poco memorable ejercicio de new jack swing, un intento de revisión de la Mariah urbana que no termina de explotar. ‘Mi’, en su faceta de «breezy R&B», es un estupendo inicio, pero no es tan bueno como ese ‘GTFO‘ recientemente reivindicado por Sabrina Carpenter, quien la cuenta entre sus canciones favoritas de la historia.
La excepción la ofrece ‘Sugar Sweet‘, que junto a Kehlani y Shenseea introduce a Mariah Carey en la tradición afrobeat a través de una producción elegante y dulce. Por qué Carey no había explorado este sonido antes, no lo sabe nadie. La canción es una gominola R&B que ha merecido mayor repercusión, y la letra matrimonial («I will absolutely get the ring / No hurry, no worries») no puede ser más Mariah.
‘Here for it All’ quiere ofrecer un producto identificable con su autora, pero que sea simultáneamente revisionista y actual, y quiere dedicarse al público que ha encumbrado ‘Obsessed’, pero se entrega al que la sigue identificando, sobre todo, con ‘Hero’. A falta de un single que sea milagrosamente impulsado por TikTok, ‘Here for it All’ es simplemente un buen y correcto disco de Mariah Carey, que, si recupera alguna de las virtudes de ‘Caution’, son su concisión, consistencia y cohesión.