El festival de música de Glastonbury y Alexa Chung propician el tándem perfecto en materia estilística
El festival de música de Glastonbury no es solo una de las citas musicales más importantes, sino también una pasarela de moda donde las tendencias cobran vida. Este año, Alexa Chung ha vuelto a las pistas de baile como la musa indiscutible del evento –con permiso de Kate Moss–. Con su inconfundible habilidad para mezclar las prendas más románticas con lo contemporáneo con cierta inclinación hacia lo punky, Chung ha demostrado una vez más por qué es el icono de estilo británico por excelencia.
Los conjuntos que viste la gente del festival no solo se adaptan a las inclemencias del tiempo británico –de ahí la popularidad de las botas de agua Hunter en la mayoría de los look para los terrenos fangosos–, sino que también capturan la esencia despreocupada y disfrutona que incorpora un festival de música. Son toda una declaración de intenciones. La elección de Alexa Chung para el festival destilaba inspiración en los años noventa al estar compuesta por un slip dress o vestido lencero con encaje en la zona del escote en color amarillo. El diseño del vestido incluía cuello bebé con un volante con el mismo encaje del escote. A esta pieza Chung le sumaba un cárdigan de estética nostálgica del mismo color pastel recreando un total look tan inesperado como acertado para la ocasión.
No todo en su look quedó ahí, sino que, además, la celebridad superponía una parka clásica de Babour en verde oscuro, una elección tan práctica como sofisticada. Esta prenda no solo la protegía del descenso de las temperaturas y los posibles chaparrones, sino que se convirtió en su aliada perfecta para completar su atuendo festivalero.
En cuanto al calzado, se alistaba a la clase de las adeptas a la estética Western y portaba unas botas de estética cowboy en color negro. Finalmente, para su look beauty se inclinaba por la naturalidad para el maquillaje y por dejar su cabello suelto al natural.
La influencia de Glastonbury y Alexa Chung en la moda va más allá y han establecido una sinergia que redefine los looks festivaleros funcionando como nuestra fuente de inspiración. En este tándem perfecto se fusionan la música y el estilo creando los looks más memorables y a los que acudimos año tras año en busca de ideas para crear los nuestros.