El mundo en 2025 necesita espacios seguros en los que refugiarse de un apocalipsis que parece acechar permanentemente. En su cuarto álbum, homónimo, Purity Ring quieren evitar la palabra «escapista» o «fantástico» porque, mejor aún, quieren que más bien sea el primer paso para crear un lugar «en el que se escuche al vulnerable, se dé voz al dolor, la familia sea un verbo y no un sustantivo, y la esperanza y el hogar florezcan juntos».
La naturaleza tiene mucho que ver con la creación de ese espacio. En el vídeo de ‘imanocean’ aparecen con el cuerpo metido dentro del mar. ‘place of my own’, que lo dice todo con su título, la crearon en un bosque, inspirados por la nube que tenían encima.
Por si esto no funcionase, el álbum también presenta una coartada conceptual, más abstracta. Se trata de una banda sonora imaginaria para un videojuego de los años 2000, del tipo ‘Final Fantasy’, a cuyo sonido recuerda a veces. Los protagonistas son dos personajes que son ellos mismos, pues llevan sus iniciales (mj es Megan James) o directamente sus nombres (Corin es Corin Roddick), aquí desarrollando cierto carácter narrativo tanto en cuanto a letras como en cuanto a música.
La «viudedad» de ‘relict’ es la de un mundo que ha colapsado, que ha muerto porque «nadie ha venido a salvanos». Su sonido es por tanto como un «bug» que hace a la canción sonar como una intro o como un error. ‘many lives’ presenta su coda, ‘mistral’ es un interludio a piano, y también lo es hacia el final del álbum, ‘mj odyssey’. Pese a que la muerte sobrevuela muchas de estas canciones, especialmente ‘red the sunrise’ y ‘imanocean’, que es directamente una despedida, la luz y la esperanza están muy presentes.
«No estás solo» es el estribillo de la edificante ‘many lives’. ‘the long night’ ofrece una mano a la que agarrarse. ‘glacier ::in memory of rs::’ no sabe a derrota como final, ni siquiera cuando tanto habla de fuertes cambios.
Musicalmente, sería reduccionista situar a Purity Ring en el revival drum&bass que hemos visto en el último lustro, por mucho que ese tipo de beats inunden diversas producciones, como ‘many lives’, ‘between you and shadows’ o «glacier». También lo sería decir que Megan suena como una estrella de k-pop o hyper pop con su voz aniñada. El dúo asentó su sonido hace mucho en discos tan reivindicables como ‘shrines’ o ‘another eternity’, y ‘purity ring’ les muestra en forma. A lo sumo, podríamos argüir que los singles están demasiado bien elegidos, o que es una pena que no exploren más el registro acústico de ‘imanocean’ y ‘part ii’. Les sienta como un guante.