La boda en Valencia de Leire y Domingo: una celebración del amor en su estado más puro
¿Quién dice que un buen match ya solo se encuentra en Tinder? Leire y Domingo confirman que las discotecas siguen siendo un lugar en el que encontrar el amor en su estado más puro. Se conocieron precisamente en un allá por 2012 y comenzaron una relación que terminó ese mismo año por culpa de la distancia. En 2016 decidieron retomar su historia de amor y el pasado 8 de junio pasaron por el altar en la Masía Mas dels Frares, en Villamarxant, Valencia.
La pedida de mano fue en Copehague, uno de los lugares más especiales para la pareja, puesto que Leire vivió unos allí y, en una de las visitas de Domingo, él asegura que se dio cuenta de que estaba perdidamente enamorado de ella. “Nos encanta la ciudad y siempre que la visitamos vamos a sentarnos un rato a los lagos de Christiania. Allí fue el lugar en el que Domingo me lo pidió”, cuentan.
Momentos de Una Vida
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La pareja eligió la Masía Mas dels Frares para celebrar su gran día. “Toda la boda la hicimos en esta masía. La elegimos porque pudimos alquilarla de viernes a domingo y así pudimos hacer la boda completamente a nuestro gusto. La consideramos totalmente como un lienzo en blanco”, desvelan.
La novia llevó dos vestidos: uno de Pronovias y otro confeccionado por ella misma
Para la ocasión Leire eligió un vestido de Pronovias con un velo corto de plumeti de la misma firma. A este diseño añadió unos zapatos de tacón sensato de Maje.
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Leire es diseñadora de calzado y de bolsos, además de una apasionada del mundo de la moda. En sus ratos libres le encanta encerrarse en su pequeño taller de costura y hacer su propia ropa. Precisamente por eso, ella misma fue la artífice de su segundo vestido de novia. Para la hora de la fiesta se cambió y se atrevió con un vestido corto compuesto por corsé y una falda abullonada.
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La decoración de la boda: divertida, a todo color e inspirada en una verbena de pueblo
“Desde que vimos la boda de Simon Porte Jacquemus y Marco Maestri nos enamoramos completamente de ese estilo, así que quisimos simularlo un poco creando una especie de boda de pueblo, con la ceremonia enfrente de la capilla y la fiesta en un patio interior que recordaba a esta estética”, cuentan los novios.
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Su deseo era tener una boda colorida y divertida, por lo que diseñaron las minutas en colores vibrantes como el naranja, el rosa chicle, el lila o el lima, combinándolo con las flores que eligieron para el banquete y que colocaron desde La Tartana. “banquete. La masía en sí era muy colorida por su pintura amarilla en toda la fachada, por lo que queríamos que todo combinara a la perfección con ella”.
Como la masía en sí ya tiene mucha personalidad, los novios decidieron simplemente ensalzar ese concepto de verbena de pueblo que perseguían para su boda. Lo hicieron apostando por pequeños detalles, como sillas rústicas, guirnaldas con grandes bombillones o alfombras de mimbre.
