¿Y qué acabará en los armarios reales? La marca homónima de Phoebe Philo, por ejemplo, que lanzó en octubre de 2023 tras años de expectación febril. Clare Richardson, estilista y fundadora de la web de reventa de moda de lujo Reluxe, logró hacerse con el sonado collar Mum, de 3.200 euros, para su colección personal. “Siempre busco invertir en potenciales iconos de la época”, concede. Las bazas de Erica Wright, fundadora de la aplicación de búsqueda de moda Source-
where, fueron el minibolso Kit Cabas y los mocasines Club, “un estilo clásico con un toque Phoebe”. Todas son apuestas seguras teniendo en cuenta la pegada de los diseños de Philo, siendo su época de Céline la más solicitada en Sourcewhere en lo referente a artículos de temporadas pasadas (las peticiones aumentaron un 15% después de que la diseñadora presentara su etiqueta).
Otros futuros clásicos serán, predice Wright, los bolsos Margaux, Everyday y 90s de The Row, muy perseguidos desde su lanzamiento, junto con la chaqueta Ziggy de cuero con tachuelas y el bolso Elena de Khaite. En otro ámbito, las colaboraciones de edición limitada, como Jil Sander x Birkenstock y Adidas x Wales Bonner, representaron en la app el 10% de las solicitudes el año pasado.
Más allá de las firmas más consolidadas, otras emergentes como Duran Lantink, que hizo su debut oficial en la semana de la moda de París de primavera-verano 2024, y Willy Chavarria, que vistió a Billie Eilish en los Globos de Oro, han llamado la atención de los expertos. De hecho, las esculturales creaciones con materiales reciclados de Lantink ya figuran en las colecciones del Costume Institute del Metropolitan Museum of Art, el Victoria & Albert Museum y el Stedelijk
Museum de Ámsterdam. “Creo que en el futuro se dirá: ‘Era una silueta nueva [con] una visión muy precisa y muy clara’”, predice Linton sobre el estatus que adquirirán las creaciones del holandés en años venideros.
Por supuesto, los gustos cambian. Como advierte Clauss, la colección Scandal de Yves Saint Laurent de los años 70 y la era Givenchy de Alexander McQueen, son hoy tesoros pese a la incomprensión recibida en su día. Las bailarinas de satén de Miu Miu de la década de 2010 eran relativamente asequibles en los sitios de reventa hasta que se reeditaron para el desfile de otoño-invierno 2022, mientras que la etapa de Jean Paul Gaultier en Hermès pasa relativamente desapercibida en el mercado actual, a pesar del éxito de la marca homónima del diseñador. ¿El consejo de oro? Invertir en prendas bien hechas que nos gusten de verdad, ya que así es más probable que resistan el paso del tiempo. “Yo [busco] piezas y colecciones que me emocionen de verdad, que son rarezas por sí mismas”, comparte Ihenacho. “Confío en mi instinto por encima de todo”.