Me encantó la gola. Nunca la había llevado, y es raro, dadas todas las obras de época que he hecho, pero es estupendo para la postura. Con ese vestido, me sentía como si me faltara el caballo y una enorme espada y haberle cortado la cabeza a alguien. Me sentía como una reina guerrera, y eso es lo que me gusta del trabajo de Erdem. Puedes llevar toda esta historia en la cabeza y creerte otra persona por una noche. Eso es lo que le pido a la moda. Disfruto mucho. Ahora, en la alfombra roja, me gusta vestir más a lo loco, porque normalmente, en mi vida diaria, soy una persona muy de vaqueros y camiseta, muy dejada. Así que, cuando me toca hacer algo así, tengo la oportunidad de llevar cosas fuera de lo común.
No podré estar presente porque estaré rodando Palomas negras. Pero lo veré por Internet, por supuesto. Estoy muy emocionada, me encantó su trabajo anterior y estoy deseando ver lo que hace.
¿Cuándo podremos verte con uno de sus nuevos looks?
Espero que muy pronto. Quiero cazar alguno en cuanto salga de la pasarela. En plan “a ver, gente. Lo quiero ya. Llevo mucho tiempo trabajando con vosotros, así que más vale que me deis algo bueno, ¿está claro?” [Risas].
También publicas en octubre un libro para niños, I Love You Just the Same, que trata de una niña a la que le cambia la vida cuando llega al mundo una hermanita. ¿Cómo surgió la idea?
Sí, es algo que he escrito e ilustrado, así que espero que os guste. Fue un libro que hice originalmente para mi hija. No dormía bien, así que nos inventamos una rutina nocturna en la que yo le hacía un dibujo. Siempre me pedía un dibujo, se lo hacía y, cuando se despertaba en mitad de la noche, el dibujo le recordaba que su madre estaba pensando en ella.
Empecé con un corazón, pero luego me decía: «¿Puedes dibujar a una chica como yo? ¿Puedes dibujar a mi hermana? ¿Puede haber un pájaro? ¿Y un gato?». Un día, cuando mi hija pequeña tenía seis meses, le estaban saliendo los dientes y lloraba todo el día, Edie me dijo: “¿Podrías dibujar al pájaro llevándose al bebé?” [Ríe]. Es lo más genial que le he oído decir nunca de una niña de cinco años. Yo le dije: «Claro, te lo hago». Después de eso, pensé: «Aquí hay una historia». Y de ahí surgió. Este libro es una aventura, pero también trata de la rivalidad entre hermanos y de un tipo de ansiedad por separación que creo que sufren muchos niños y niñas. Pero también es, espero, un libro infantil muy bonito.
¿Siempre has dibujado?
Siempre me ha gustado dibujar. Lo curioso es que Simon & Schuster, mi editor, me dijo que sí una semana antes de empezar con Palomas negras, y mi fecha de entrega era justo el día que terminaba. Así que de repente tenía dos trabajos, uno era matar a todo el mundo y el otro era dibujar adorables palomas. Hacía todas las locuras de Helen Webb y luego volvía a mi habitación y me ponía a dibujar cubierta de sangre falsa. Se mi hizo un poco raro, pero me encantaba. Y me iba bien porque cuando estás haciendo algo muy intenso, necesitas otra cosa con que distraerte. Así que entraba en una especie de estado de meditación y era una gozada.
Volviendo al cine, parece que está resurgiendo el interés por los dramas de época. ¿Volverías a hacer ese género? ¿Qué podría tentarte a volver?
Me encanta ese género. Me encanta la historia e intentar reimaginarla. Pero ya he lo hecho mucho, así que no me gusta repetirme. Tiene que ser un personaje que no haya interpretado antes. Ahora mismo, me apetecen cosas que sean súper entretenidas, como los thrillers de género, y eso es lo que me ha encantado de Palomas negras. Es perfecta para llegar a casa después de un día duro en la oficina, servirte una copa y decir: “Vamos a ver qué pasa ahora”. Pero, ¿quién sabe? Tal vez pueda encontrar eso en un drama de época. Como te decía antes, nunca he llevado una gola ni he hecho nada isabelino, así que ¿eso, a lo mejor? O hacer de una Médici… Eran bastante asesinos.
¿Y cuál va a ser tu próximo maratón en Netflix?
House of Guinness. Me encanta James Norton.