El jersey de cachemira, los shorts de faille de seda y la falda con superposiciones de tul de Olivia componían un look vanguardista y tradicional a la vez, un binomio inesperado pero que encajaba a la perfección en el íntimo entorno de Bedford, Nueva York. «Nunca pensé realmente en cuál podría ser la respuesta», admite la modelo. «Pero siempre estoy encantada de servir de inspiración a las chicas que aman la moda«. Su ceremonia civil, que tuvo lugar en junio de 2014, fue espontánea y pequeña, y a ella solo asistieron familiares directos y los mejores amigos. «Cuando llevábamos seis meses de noviazgo y vimos que no teníamos ninguna pausa a la vista en nuestras agendas, decidimos casarnos y dejar la gran boda para más adelante», admite Johannes.
Esa gran celebración llegó 10 años después: «Siempre habíamos pensado en montar una gran boda, porque me encantan, pero teníamos tanto ajetreo en aquel momento que nunca encontrábamos el momento de organizarla«, explica Olivia. Su reciente celebración en Alemania, a finales de junio, fue la recepción a lo grande que nunca celebraron: «[Fue] como retomarlo donde lo dejamos en 2014», añade Olivia. «La fiesta con nuestros amigos y familiares que nunca llegamos a hacer, donde pudieran reunirse y celebrarlo por fin con nosotros».
La pareja colaboró estrechamente con el equipo de eventos del Brenner’s Park-Hotel & Spa de Baden-Baden (Alemania), país de origen de Johannes. Olivia y Johannes visitaron el hotel por primera vez en marzo de 2012 –dos años antes de su ceremonia civil– con motivo de la Gala Spa Awards, y les gustó tanto que decidieron volver para celebrar su décimo aniversario.
Olivia se describe a sí misma como una «persona muy visual», por lo que la mayor parte de la planificación salió de la galería de su iPhone –señala que creó un álbum con más de 1.000 capturas de pantalla– y a través de llamadas de Zoom y mensajes de WhatsApp con el equipo de eventos.
El viernes por la noche, los invitados llegaron al hotel para asistir a un cóctel atravesando el sendero que bordea el Oos, río que atraviesa Baden-Baden. Olivia lució un vestido corto rosa de Simkhai mientras se arreglaba, y luego se puso el look 31 del desfile de alta costura de Giambattista Valli, el primero de los tres vestidos de la firma que lució a lo largo del fin de semana. Olivia eligió al diseñador porque es amigo suyo desde hace mucho tiempo y la viste en muchas ocasiones. También le pareció muy oportuno que el Sr. Valli se refiriera a sus creaciones como «colecciones de amor» en lugar de «colecciones nupciales», ya que considera que sus diseños evocan «la emoción del amor y la celebración de momentos felices», y no el «contrato» formal que tan a menudo se asocia a las palabras «novia» y “boda” Este enfoque moderno y original era el ideal para una novia que ya se había atrevido a arriesgar con su primer look nupcial.
