El invitado Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, se convirtió en el protagonista de la asamblea anual de clubes, la antigua ECA convertida en EFC (European Football Clubs), celebrada el pasado miércoles en Roma, cuando se ofreció como mediador-pacificador del conflicto entre la UEFA y la Superliga. El presidente azulgrana aboga por alcanzar un acuerdo después de proclamar que es partidario de que el Barça vuelva a formar parte de la confederación europea y, consecuentemente, se aleje del torneo que ahora abandera prácticamente en solitario Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. Laporta entiende que se impone un cambio de dirección para favorecer los intereses del Barcelona.
Los aliados del mandatario barcelonista son ahora dos de sus antiguos enemigos como Nasser Al-Khelaifi, presidente de la EFC y del Paris Saint Germain, y Aleksander Ceferín, presidente de la UEFA. Ya ha caducado la foto tomada en el restaurante Botafumeiro de Barcelona el 7 de agosto de 2021 en la que formaban Laporta, Florentino y Andrea Agnelli, presidente de la Juventus, como defensores de la Superliga. La imagen tuvo entonces su impacto porque se produjo poco después de que el presidente barcelonista, que acababa de volver al cargo ese año, comunicara la salida de Leo Messi y el rechazo al acuerdo propuesto por la Liga con el fondo de inversión CVC. La firma con la entidad presidida por Javier Tebas habría supuesto precisamente la continuidad del 10 argentino en el Barça.
También han mejorado las relaciones del Barcelona con Tebas. “Jugaremos donde diga la Liga”, afirmó Laporta cuando fue preguntado por el partido Villarreal-Barça previsto para el 20 de diciembre en Miami. Tampoco parece que se vaya a oponer la UEFA. Al presidente azulgrana le ha interesado ganarse la confianza de Ceferín después del distanciamiento abierto en la final de Berlín 2015, cuando el club fue sancionado por la exhibición de banderas estelades, para tener una mayor flexibilidad sobre el escenario en el que el Barça disputa la Champions —de momento en Montjuïc— y obtener una rebaja sustancial de la multa recibida por el incumplimiento de las normas del juego limpio financiero —de 60 a 15 millones—.
“Ya sabéis que estamos en la línea de tender puentes entre la Superliga y la UEFA”, insistió Laporta a su regreso de la cumbre de clubes en Roma a la que fue convidado y especialmente bien recibido por Al-Khelaifi, el mismo que pagó la cláusula de rescisión de 222 millones por Neymar cuando era jugador azulgrana y después incorporó a Messi. “El Barça tiene una posición clara y ya la saben los afectados y quien corresponde”, subrayó en referencia al Real Madrid. “Estamos por la pacificación y porque los clubes que están en la Superliga regresen a la UEFA. Nosotros nos sentimos muy cerca de la UEFA y de la EFC”, añadió el presidente del Barça en un acto de la Fundación Cruyff que tuvo lugar en la Mar Bella de Barcelona.
Las discrepancias de la UEFA con la antigua ECA de la que se salió el Barcelona parecen haber pasado a la historia con el nuevo formato de la Champions y el acuerdo firmado para la mejora sobre la gestión de derechos, patrocinios y licencias con vigencia desde 2027 a 2033.
Las palabras de Laporta y el tono de la reunión de la EFC han causado sorpresa en A22 Sports Management, promotora del proyecto de la Superliga Europea. Ambas partes se han venido reuniendo en los últimos ocho meses con representantes del Madrid y del Barça con la presencia del secretario general, Teodoros Todiris, por mandato de Ceferín. Las posturas se acercaron tanto que incluso se habló de una plataforma global gratis de emisión por televisión de los partidos y de un formato más novedoso de 36 clubes divididos en dos grupos para la nueva Champions.
Laporta siempre mantuvo una postura más flexible que Florentino Pérez para llegar a un acuerdo, de manera que los resultados de la cumbre de Roma parecen avalar la tesis del presidente del Barcelona a la espera de que se pronuncie la Superliga. El caso Negreira ha reabierto las discrepancias entre el Madrid y el Barça después de que la figura de Florentino haya sido importante para que el Barça encontrara fórmulas para la financiación del Spotify Camp Nou y no intercediera en las inscripciones de jugadores barcelonistas en la Liga de Fútbol Profesional.
Tampoco hay que olvidar que la estrategia de Laporta puede estar condicionada por las elecciones presidenciales que están previstas para 2026. El presidente azulgrana, que ya anunció que se presentará a la reelección, afrontará de momento el domingo día 19 una asamblea de socios compromisarios en la que se supone se debatirá a fondo sobre la delicada situación económica en la que se encuentra el Barcelona.