Adiós a los neutros: cómo combinar los colores clave de los últimos desfiles con ideas fáciles para inspirarte
Los desfiles de primavera-verano 2026 han llegado a su fin y una de las muchas cosas que se han llevado esta temporada ha sido el descarado y alegre regreso del color. Aunque es una propuesta liberadora –es hora de divertirse–, muchas personas le tienen miedo a los look multitonales, pensando que no sabrán cómo combinar los colores y acabarán cometiendo un ‘error de estilo’ imperdonable.
Pues bien, en Vogue no creemos mucho en esos supuestos errores, así que hemos extraído algunas combinaciones de colores geniales de las últimas colecciones para quienes estén pensando en alegrar un poco su armario. Son ideas fáciles de recordar para la próxima vez que vayas de tiendas y también aplican si ‘vas de compras’ a tu propio armario.
Cambia el azul marino por el verde caza
Todas hemos aceptado el azul marino como un no-color básico, y en general nos sentimos bien llevándolo con casi todo. Pues bien, el verde caza es en realidad el azul marino de los verdes, así que ¿por qué no probarlo? Puede ser en una prenda exterior –una chaqueta de lana entallada combina con todo– o una prenda más romántica, como una falda de satén. A partir del look de Loewe, puedes componer fácilmente un look de oficina que destaque, pero no demasiado.
El berenjena es un neutro
En lugar de pensar en el azul marino o el verde militar para esa prenda de abrigo súper práctica, ¿por qué no experimentar con una chaqueta berenjena? Este tono oscuro disimulará el desgaste igual de bien que los tonos clásicos, combina bien con otros colores y animará automáticamente tus looks de otoño e invierno cuando el tiempo se vuelva desapacible.
Gris no significa aburrido
Para quienes tienen que cumplir un estricto código de vestimenta en la oficina, el gris puede ser todo lo contrario a aburrido. De hecho, puede ser incluso refrescante: basta con echar un vistazo a toda la estética Thom Browne para comprobarlo. Además, un sencillo jersey o falda gris puede equilibrar el impacto de tonos dulzones como el rosa chicle o el naranja. (Cabe destacar en los ejemplos anteriores la introducción de otra pieza en un tono nude para añadir un poco más de interés visual).
El amarillo es básicamente caqui (si así lo quieres)
El caqui es otro clásico de la moda estadounidense. Pues adivina qué: unos pantalones amarillo claro en lugar de caqui pueden aportar frescura a tu look primaveral. También puedes combinar el amarillo con un tono neutro, como el camel o el gris, para envolverte en un aire muy zen, a lo Eckhaus Latta.
El negro va con todo
El negro sigue triunfando porque, al final y al cabo, combina bien con todo. ¿Una camisa de neón brillante? Queda bien. ¿Abrigo de satén lila? También. El truco está en hacer que ese único toque de color cobre protagonismo.
Culto al rosa
En realidad, el rosa podría considerarse el color para principantes, porque es fácil de incorporar casi en cualquier armario: debajo de un traje gris, con unos pantalones amarillos, acompañando a cualquier prenda negra. En las pasarelas de esta temporada, también ha maridado muy bien con otros colores inesperados. En Jil Sander, una capa base de rosa claro resaltaba debajo de un jersey crop de color topo (¿y no es genial el ribete azul petróleo que sobresale del cuello?), mientras que en Lii fue la combinación de rosa y rojo (otra lección cromática imprescindible) la que animó una superposición de tank tops blancos y negros junto con una falda verde barro.
Mézclalo todo
Cuando estés lista para experimentar con más de un color, plantéate introducir un tono azul en la mezcla. Igual que los vaqueros azules combinan con todo, lo mismo ocurre con otras variantes de azul. En Meryll Rogge, el verde ácido brillante se atenuó un poco con una capa azul, que luego recibió otra dosis de «sutileza» encima cortesía de una gabardina clásica (una buena forma de calmar la inseguridad por llevar colores vivos es semiocultarlos bajo una prenda exterior neutra). En Versace, una camiseta roja (una prenda de fondo de armario) se combinó con una chaqueta de lino morada (que ya sabemos que es básicamente un neutro) y unos pantalones de lino azules que sustituían a unos vaqueros. Parece una locura, pero funciona.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com