Esta semana, Noemí Galera ha dado a los concursantes de Operación Triunfo 2025 la charla que todos necesitaban escuchar: no están siendo naturales y están demasiado pendientes de las cámaras. Lo que no saben es que, precisamente por eso, al público le está costando conectar con cada uno de ellos. Durante la gala 4, Cristina ha afirmado que no le gusta “no ser consciente de lo que estoy viviendo”, como si vivir fuera pensar constantemente en que se está viviendo, o respirar fuera pensar en que se está respirando.
Quizá las redes sociales nos estén convirtiendo a todos en personas cada vez más miedosas y asustadizas frente a la reacción de los demás. O quizá este sea un problema que afecta colectivamente a los concursantes de esta edición, porque a Martin no le pasó en la suya, o al menos no lo pareció, y tenía 18 años.
La labor de los concursantes, como mínimo, es hacer ver que nada de esto les afecta, porque eso es lo que les convierte en intérpretes. En la gala 4 hay quienes han conseguido disimularlo mejor que otros.
Laura se ha salvado gracias a su buena -aunque algo gritona- interpretación de ‘I Surrender’ de Céline Dion. Carlos eligió ‘Que te quería’ de La Quinta Estación y ha sido expulsado. Ninguno lo merecía, y la despedida ha sido la más dramática de la edición hasta ahora; Laura lloraba tanto que parecía una folclórica en un funeral. Durante la (interminable) despedida de Carlos han corrido también ríos de lágrimas. Está claro que en esta casa, todo se magnifica.
La gala 4 ha sido otra en la que he estado de acuerdo con algunas valoraciones del jurado, y con otras no. Téyou ha sido elegida favorita, aunque en ‘Kiss Me More‘ creo que su compañera Claudia Arenas ha lucido más. Sí, es favoritismo: ¡Claudia ganadora! Este desequilibrio ha vuelto a afectar a casi todas las actuaciones: Olivia ha brillado en ‘Akureyri‘, mientras que su compañero Crespo ha destacado menos en los tonos graves -donde casi no se le oía- y supuestamente ha estado nervioso, según Abraham Mateo, y ha sido propuesto para nominación, aunque finalmente ha sido salvado por sus compañeros.
El ‘Vete’ de Lucía y María, para mi gusto, ha resultado demasiado formal, correcto y poco desgarrado, muy poco Amaya, en definitiva, pero vocalmente ambas han estado correctas. En expresividad corporal ha estado mejor María que Lucía, y vocalmente mejor Lucía que María. Ambas han sido propuestas para nominación, pero el profesorado ha decidido salvar a María. Perdón, María Cruz.
La siguiente nominada ha sido Judit, quien finalmente competirá con Lucía por quedarse en la Academia. Su actuación no ha sido la mejor de la noche, pero la de su compañero Tinho tampoco. Su canción, ‘Die with a Smile‘, es extremadamente exigente, y cantada en un tono inferior no luce igual de bien. Sin embargo, considero que a Tinho le sobra potencia vocal y le falta aprender gusto al cantar y sensibilidad. Ella ha estado mejor que él. O será que no estoy viendo el mismo programa.
La mejor actuación de la noche ha sido la de Guille y Guillo, que han montado una juerga al ritmo de ‘NUEVAYOL‘ de Bad Bunny. Incluso han perreado a Chenoa, pero ella dice que no solo se deja perrear, sino que “también es una perra” (Leire también es una perra, a tenor de sus palabras posteriores). Guille Toledano, quien tiene un tatuaje de ‘YHLQMDLG‘ en una zona cercana a la ingle que no ha dudado en enseñar, ha estado suelto y cómodo; Guillo, para mi gusto, un poco sobreactuado, pero ambos han aprobado.
Max y Cristina, quienes llegaron a actuar juntos en teatro musical hace años, han coincidido en OT para cantar ‘Does Your Mother Know’ de ABBA, en una animada actuación muy teatral y musical que ha recordado a ‘West Side Story’, el musical favorito de Max (suerte que uno de los dos lo ha mencionado). Ambos han sido salvados, aunque a Max se le ha visto más en su papel y a Cristina, menos. Quizá estaba pensando en vivir el momento.