«A mí no me saques tu genio que te lo mato» es el primer escupitajo que oímos en el debut de Mala Rodríguez, un ‘Lujo ibérico’ editado primero en pequeño y finalmente adoptado por Universal. Entre Sevilla y Jerez de la Frontera, María había crecido interesada por los jóvenes que bailaban breakdance en su barrio, las cintas de rap que le pasaban y “flipando” con los americanos negros que veía en Rota.
‘Lujo ibérico’ venderá más de 50.000 copias en España sin llegar a pasar jamás por más lista de ventas que la que distribuía la trágicamente extinta tienda Madrid Rock, a la que parecía abonado.
El talento de la nueva rapera no era ningún secreto en el underground, e incluso aquellos poco seducidos por el hip-hop se acercaban con curiosidad a temas tan tarareables como ‘Tengo un trato’, tan bailable en sus juguetones beats, y singles tan subyugantes incluso desde su título como ‘Yo marco el minuto’, toda una declaración de intenciones y un dechado de sensualidad en ese “tengo lo que tú quieres”.
‘Lujo ibérico’ opta por la vertiente más pausada y minimalista del hip hop, con momentos próximos al dub y al funk como ese ‘Con diez o con veinte’ en el que los beats ácidos topan con scratches y voces apitufadas. La Mala ya promete como superestrella y frontwoman capaz de devorar un escenario con frases que son puro carisma como “Yo no me arrepiento de na, tú critica” (‘No van’), y estribillos como “soy la cocinera de tus mejores platos / deja que te empape con lo que yo me empapo” (‘La cocinera’) o “Solo hay cabrones y cobardes” (‘Especias y especies’).
La crítica de la época concede demasiado mérito a la producción de Jota Mayúscula y Supernafamacho, por lo que es justo decir que es la “soundsystem” que rodea a La Mala Rodríguez lo que peor ha envejecido de ‘Lujo ibérico’. Toda la crew masculina suena hoy bastante desfasada, lo que incluye a ese Kase.O que aparece por ‘En mi ciudad hace caló’ para hablarnos de su “pene” y de su “semen”.
Aquí quien manda es ella, que con el tiempo ofrecerá producciones más sofisticadas como ‘La niña’ y discos tan abiertos de mente como ‘Malamarismo’ (2007) y ‘Bruja’ (2013). Aun así, no puede pasarse por alto la enorme influencia que ejercerá este disco en gente como Gata Cattana o Rosalía. Mucho antes de colaborar con Raimundo Amador, ya hablaba de la influencia del flamenco a raíz de este álbum: “Que dejen a los flamencólogos en paz, porque ni creo que les apetezca escuchar rap. El rap es para los raperos, para los que les guste la chulería y el mamoneo”, decía en Mondosonoro.