La cuarta edición de Arte vivo en la plaza volverá a tomar, del 19 de julio al 8 de septiembre, el centro neurálgico de once localidades de la Comunidad de Madrid para acercar el arte contemporáneo a lugares tradicionalmente privados de él. Pero no solo. La propuesta es un proyecto de la propia Comunidad de Madrid comisariado por La Juan Gallery que busca reivindicar la artesanía de los pueblos y sacar a las calles el trabajo, en ocasiones centenario, de quienes en ellos viven. “Esta edición tiene un doble objetivo: por un lado el llevar el arte más arriesgado como puede ser la performance y por otro fomentar a los artistas locales. Esto último lo hacemos de una manera muy sencilla como es sacar su arte a la calle”, cuenta a través de llamada telefónica a Vogue España la codirectora de La Juan Gallery, Rosa Ureta.
En 2024 son María Eugenia Diego Salvador, Verónica Ruth Frías, Paula Mira, ChePe y Ander Yarza los escogidos para llevar su trabajo a las plazas de San Martín de Valdeiglesias, Manzanares el Real, El Escorial, Bustarviejo, Rascafría-El Paular, Buitrago del Lozoya, Patones de abajo, Navalcarnero, Villaviciosa de Odón, Chinchón y Olmeda de las Fuentes. A los cinco artistas que girarán por estas localidades se unen artesanos del lugar. “Hacemos una convocatoria en cada pueblo al que llegamos en el que miramos la disciplina y buscamos espacio para gente más profesional. Los invitamos a que muestren en la calle lo que ellos hacen, en directo. De este modo la gente de los pueblos sabe qué hacen sus propios vecinos y tienen la oportunidad de preguntarles y a la vez pueden interactuar con el arte contemporáneo”, cuenta Ureta. “En los pueblos, la gente mayor controla ya de performance más que cualquier capitalino”, admite divertida.
“Hemos incluido cuatro pueblos nuevos y por eso hemos cambiado el nombre de Arte vivo en las villas. Antes trabajábamos en las villas reales”, explica la comisaria. “Hay artistas que repiten, pero con trabajos nuevos. Siempre hay gente que está casi fija y nos están esperando cada año para participar”, continúa. Arte vivo en la plaza funciona, como otras propuestas de La Juan Gallery, para deslocalizar la creación artística. Están cerca de Madrid, pero en verano dejan por un rato la capital. “Es importante porque nuestro público de Madrid ya lo tenemos. Buscamos llegar a más gente y no quedarnos solo en las grandes ciudades. Los lugares a los que vamos son muy agradecidos y este proyecto en particular es uno de los más gratificantes”, apunta Ureta.
Es la interactividad uno de los puntales de las propuestas de Arte Vivo en la Plaza. En 2024, los asistentes podrán participar en la confección de un bordado colaborativo de un mantel floral, escucharán conciertos de piano a cuatro manos e incluso podrán trabajar en la construcción de una torre de libros y collages inspirados por los iconos de cada uno de los pueblos. Una experiencia colectiva que acerca el arte a quienes tradicionalmente no lo han tenido quizá tan a mano.